Incluso el golpe o hechizo más poderoso puede desarticular los espíritus de los no-muertos, destruyéndolos. Sin embargo, los más poderosos, especialmente los vampiros Soulblight, los lichelords o los Nigromantes pueden sobrevivir a la destrucción de su forma material. Impulsados por una voluntad oscura, su malévolo animus comienza a reunirse y volver a formar un nuevo caparazón físico.
Los Carruajes Negros (Black Coachs en inglés) son los transportes funerarios de los inframundos. Dentro de estos vehículos arcanos, todos los restos tangibles, ya sean cenizas, huesos o trozos de piel correosa, son recogidos en un ataúd que ofrece un refugio seguro en el que la entidad desterrada puede reformarse. El ocupante dormido puede alimentarse de las energías de la muerte, bebiendo agonía y dolor para hacerse más fuerte.
Tirado por cuatro Corceles Esqueléticos de Pesadilla, los Carruajes Negros aceleran a un ritmo considerable. El conductor es un Cairn Wraith que empuña una guadaña segadora de dos manos o emplea el agarre de alcance de pesadilla del alma, sus manos espectrales extendiéndose increíblemente lejos para arrancar el alma misma de una víctima. Alrededor del carruaje impío hay portadores de reliquias espectrales, cada uno con un artefacto para el ser que se recupera. El Carruaje Negro es de naturaleza fantasmal, sin estar ligada al mundo físico. Sus ruedas corren sobre hoyos y precipicios, ignorando el suelo por completo para sortear obstáculos, aunque también puede optar por atravesarlos.
Los Carruajes Negros se sienten atraídas hacia los campos de batalla, pues allí el poder de la muerte es más fuerte. Desde lo alto del carruaje, el Cairn Wraith apunta a los enemigos cercanos mientras las ruedas de hierro y los cascos de los corceles aplastan a los enemigos debajo de ellos. Deslizándose desde los cielos, los portadores de reliquias se lanzan para asestar golpes con sus garras espectrales. Toda esta violencia solo ayuda a alimentar la magia de la muerte que es absorbida por la entidad maléfica en el ataúd. Al extraer esas energías oscuras, el ser dentro del ataúd se hace más fuerte, expandiendo su aura de malicia. Mientras esto sucede, el Carruaje Negro se convierte en una amenaza aún más mortal para sus enemigos.
Cuando está sumergido con la energía suficiente, parpadea, lo que le permite desaparecer y reaparecer en una posición más ventajosa. A medida que el vehículo infernal continúa absorbiendo poder, las almas de los recién asesinados son subsumidas, curando al carruaje y exudando un nimbo de luz tenue. Con suficiente magia de muerte cerca, los fuegos del carruaje son capaces de quemar a cualquiera que se acerque.
Fuentes[]
- Death Batttletome: Nighthaunt (2.ª Edición)
- Pág. 33
- Pág. 85