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La Era de Sigmar es la tercera era conocida en la historia de los Reinos Mortales. Es el marco temporal actual del trasfondo, situándose tras la Era del Caos e iniciándose en el conocido como Día de la Venganza.

El Día de la Venganza[]

Artículo principal : Día de la Venganza

La derrota que sufrieron Sigmar y sus aliados en la Batalla de los Cielos Ardientes supuso el fin de una era. Tras una serie de batallas desesperadas el dios-rey se retiró al reino de los cielos con un enorme número de refugiados viendo que la victoria del Caos en el resto de los reinos era inevitable.

Tras su retiro a Azyr, Sigmar bloqueó mágicamente los portales que llevaban a su reino, siendo necesario que se abrieran simultáneamente desde ambos lados para romper su clausura.

Sigmaron 0

Sigmar creó vastas legiones con la intención de lanzar una contraofensiva en los Reinos Mortales

Con el paso del tiempo el dios-rey pudo preparar su contraofensiva gracias al aislamiento del reino de los cielos. Creó de esta manera nuevos y vastos ejercitos, pero dicho aislamiento resultó ser un arma de doble filo. Aunque podía desplegar a sus Stormcast en cualquier reino mediante sus rayos divinos, sus poderes no le permitían desplegar simultáneamente sus recién creadas legiones dado el enorme número de las mismas. Además este método no permitía participar al resto de ejercitos que aguardaban en Azyr, formados principalmente por humanos, Aelves y Duardin. Por todo esto, era necesario enviar vanguardias de Stormcast que conquistaran y fortificaran los distintos portales a Azyr transformando estos tanto en baluartes defensivos como en puntos de despliegue de tropas de refuerzo. El portal elegido para iniciar esta gran ofensiva se encontraba en el Delta Ígneo, una región de Aqshy.

Sigmar no eligió de manera azarosa el lugar donde efectuar su primer ataque. El Delta Ígneo se encontraba en la Península Brimstone, rodeado por el Mar Vitriolo por el sur y el oeste. Un emplazamiento fácilmente fortificable que abría la oportunidad de extenderse por la Meseta Llagaígnea, una región al Norte de la península plagada de ruinas de emplazamientos de la Era de los Mitos.

Korghos Khul

Korghos Khul

En el momento en que se produjo la batalla la península estaba dominada por la Goretide de Korghos Khul. Hastiado de combatir contra oponentes indignos en una tierra baldía Korghos Khul aspiraba a conseguir la demonicidad. Para conseguir dicha recompensa buscaba agradar a su dios consiguiendo el cráneo de un enemigo lo suficientemente digno. Gracias a Rekh, uno de sus espias, descubrió el Portal Susurrante. Presintiendo que algún hecho extraordinario iba a ocurrir en las inmediaciones del portal, se dirigió hacia el mismo junto con una enorme hueste de guerreros de la Goretide.

El plan sigmarita consistió en enviar una pequeña fuerza de asalto para que rompiera la clausura exterior que bloqueaba el portal, abriendo este y permitiendo el acceso al enorme ejército que aguardaba al otro lado. Desconocían si el portal estaría defendido por tropas enemigas, pero se consideraba probable esa posibilidad. Sigmar puso al mando de la fuerza de asalto a Vandus Hammerhand, uno de sus generales más prometedores.

Batalla Puertas susurrantes Batalla 1 Edición Ilustración

La Batalla del Portal Susurrante

Fue así como tuvo lugar la Batalla del Portal Susurrante. En esta contienda los Stormcast Eternals fueron puestos a prueba por primera vez contra las fuerzas del Caos. Mientras en Azyr se contenía la respiración, las fuerzas de Vandus consiguieron romper la clausura del portal a pesar de estar enormemente superadas en número. Por primera vez en siglos un Portal del Reino comunicado con Azyr se abrió, y una enorme hueste de Stormcast Eternals pasó a través del mismo. Las fuerzas de Korghos Khul fueron derrotadas por primera vez en cientos de años y se vieron obligadas a retirarse mientras los Stormcast por su parte consiguieron asegurar el portal.

Con la victoria de Vandus Hammerhand en la Batalla del Portal Susurrante se inició tanto la Era de Sigmar como las Guerras por los Portales. Decenas de destacamentos similares al de Vandus Hammerhand fueron enviados hacia puntos estratégicos situados en los diversos Reinos Mortales. Este fue el inicio de las conocidas como Guerras por los Portales .

Las Guerras por los Portales[]

Artículo principal : Guerras por los Portales

Las Guerras por los Portales fueron en su conjunto uno de los conflictos militares más importantes que se han dado la historia de los Reinos Mortales. Una ambiciosa ofensiva que inicialmente enfrentó a las fuerzas de Sigmar contra los ejércitos de los dioses del Caos, pero que no tardó en involucrar a otras muchas facciones. El conflicto se prolongó durante varios años y en el mismo tuvieron lugar centenares de enfrentamientos por todos los Reinos Mortales, exceptuando Azyr.

Estrategia inicial de Sigmar[]

Tras la conquista del Portal Ígneo por parte de Vandus Hammerhand, Sigmar envió fuerzas de los Stormcast Eternals a decenas de localizaciones por todos los Reinos Mortales. En líneas generales, la estrategia de Sigmar en los primeros compases se resume en los siguientes puntos :

Emboscada khorne stormcast ilustracion

Se enviaron centenares de Hermandades Stormcast a combatir contra las fuerzas del Caos

  • Asegurar Portales del Reino a Azyr : muchas Hermandades Stormcast fueron enviadas con la misión de conquistar y asegurar Portales del Reino que comunicaran con el Reino de Azyr. En la mayoría de casos tras la conquista de los portales estos se empezaron a fortificar. Un ejemplo es el Portal Tor Reluciente de Anvrok. Poco tiempo después de la conquista del mismo, en el inicio de la Cruzada Heldenhammer, el Portal Tor Reluciente contaba con equipos de hechiceros y especialistas llegados de Azyr encargados de reconstruir sus antiguas defensas y purificar la región.
  • Encontrar aliados: desde el inicio de la contienda Sigmar fue consciente de que sus fuerzas no eran suficientes como para derrotar por sí mismas a las fuerzas del Caos. Por ello muchas Hermandades Stormcast fueron enviadas con la misión de buscar aliados, ya fueran tribus humanas supervivientes o mercenarios Fyreslayer. Se buscan tanto aliados mortales como divinos, intentando entablar contacto con Alarielle, Nagash o Gorkamorka.
  • Expansión territorial: una vez asegurados los portales a Azyr, se enviaron fuerzas a conquistar territorios o Portales del Reino cercanos que tuvieran carácter estratégico. Tenemos muchos ejemplos, como la expansión en la Península Brimstone o en Anvrok, la conquista de la Puerta del Alba o la Cruzada Firestorm.
  • Destruir Portales del Reino Corruptos: durante la Era del Caos muchos Portales del Reino fueron manipulados para que conectaran con el Reino del Caos. El efecto pernicioso de estos portales es doble: por una parte, permiten al enemigo obtener una fuente casi inagotable de enemigos. Por otra parte, corrompen los alrededores del portal transformando el territorio en zonas similares a los propios Reinos del Caos. Los Stormcast usaron todos los medios a su alcance para destruir estos portales, como ocurrió en la Puerta de la Ira, la Puerta del Alba o el Crisol de Sangre.

Durante los primeros compases de las Guerras por los Portales, los Stormcast Eternals consiguieron victoria tras victoria. A su favor jugó el factor sorpresa, puesto que las distintas oleadas de ataques llegaron de forma súbita y la falta de información llevó a muchos comandantes del Caos a subestimar a sus oponentes. Además, muchos ejércitos del Caos llevaban decenas o incluso centenares de años sin enfrentarse con oponentes que estuvieran a su altura, por lo que no estuvieron preparados para reaccionar convenientemente ante un ejército altamente organizado y disciplinado.

Entre estas primeros compases de la guerra destacan los siguientes eventos:

Contraofensiva de Archaon[]

Archaon Retrato

Archaon, Gran Mariscal del Apocalipsis

Archaon, consciente de la importancia de la ofensiva de Sigmar, empezó a organizar su propia contraofensiva. Por una parte, envió a una gran cantidad de fuerzas del Caos a atacar las posiciones de los Stormcast Eternals mientras reforzaba simultáneamente posiciones estratégicas con el objetivo de evitar que cayeran en manos enemigas. Organizó una gran ofensiva en Shyish para intentar eliminar a Nagash antes de que recuperarse su antiguo poder, y envió a sus hechiceros a la búsqueda de candidatos para formar parte de la Varanguard, su fuerza de élite. Sin embargo todas estos estrategias resultaron en meros distracciones comparadas con su complejo y audaz plan de conquista de Azyr.

Con la ayuda involuntaria de Kiathanus, un poderoso demonio al que consiguió vincular a pesar de los esfuerzos de los Stormcast Eternals, Archaon planeaba encontrar y esclavizar a diversas Bestias Divinas,. EL poder de estas criaturas titánicas rivalizaba con el de los dioses, y pretendía enviarlas a la conquista de Azyr. Esto forzaría al dios-rey a replegar sus ejércitos y a abandonar nuevamente el resto de reinos. Con la mayoría de Portales del Reino de Azyr activados, esta vez Sigmar no podría ocultarse y terminaría por capitular.

La búsqueda de las distintas Bestias Divinas constituyó en la mayoría de los casos una tarea compleja que requirió años de preparación y en la que fue necesario implicar a agentes de todo tipo. Aunque muchos de estos aliados involuntarios no formaban parte de las fuerzas de Archaon, ninguno fue lo suficientemente insensato como para negarse a obedecer al gran Mariscal del Apocalipsis. Los intentos de Archaon tuvieron diferentes grados de éxito:

  • Argentine, la bestia plateada, había sido tentada tiempo atrás por Tzeentch. A Archaon le resultó sencillo por lo tanto que se uniera a su causa.
  • Obtener el control de Ignax, el draco solar, resultó una tarea ardua y compleja. Este plan fue perfecto, pero resultó inesperadamente truncado por un Runesmiter de los Fyreslayers llamado Dorryc Claimblade. Dorryc creó una runa especial con la que se podía dominar a Ignax, la cual fue situada en secreto en la Bestia Divina gracias al sacrificio de un grupo de valientes Fyreslayers.
    Archaon Ignax

    Archaon tomando el control del dragón solar Ignax

  • Sabemos que Archaon buscó a Nyxtor, padre de los Heptadecagors de diecisiete cabezas, pero esta búsqueda resultó infructuosa.
  • Finalmente, Archaon intentó corromper a Behemat, el Titán del Mundo. Pese a todos los esfuerzos de las distintas huestes Stormcast que participaron en una sangrienta campaña en Ghyran, Behemat fue finalmente corrompido. Con pesar el Lord-Celestant Pharakis, al mando de las huestes sigmaritas, ordenó dar muerte a la Bestia Divina. Esta tarea no resultó sencilla, pero con la ayuda del Celestant-Prime y el Ghal Maraz Behemat finalmente fue sacrificado.

De esta manera, puede considerarse que la estrategia de Archaon fracasó. El Mariscal del Apocalipsis consiguió solamente el control total de Argentine, dado que Ignax fue marcado por los Fyreslayers. Aun así este resultado requirió de un gran esfuerzo militar por parte de sus oponentes. Si asimismo consideramos el resto de ofensivas dirigidas por Archaon en las Guerras por los Portales, resulta indudable que su participación en este conflicto fue crucial y que redujo considerablemente los resultados de la ofensiva de Sigmar.

Construcción de Fortormentas[]

Durante los largos años que duró el conflicto las fuerzas de Azyr fortificaron con todos los medios disponibles los distintos Portales del Reino que fueron conquistando los Stormcast Eternals. Para albergar a las guarniciones Stormcast encargadas defender estos enclaves se construyeron en el centro de los mismos las fortalezas conocidas como Fortormentas. En torno a las Fortormentas las improvisadas defensas iniciales se fueron reforzando y ampliando, creándose nuevas murallas e instalaciones que lentamente fueron poblándose con refugiados llegados de Azyr y supervivientes de otros Reinos Mortales.

Asalto a las Omnipuertas[]

Buena parte de los esfuerzos militares de los Stormcast Eternals fueron encaminados a la batalla que determinaría el resultado de las Guerras por los Portales: un asalto a las fortalezas que protegían los distintos Portales del Reino que conectaban con Ochopartes. Cada una de estas fortalezas, conocidas como las Omnipuertas, eran en sí mismas formidables y prácticamente inexpugnables. Se trataba de un plan ambicioso con el que Sigmar pretendía aislar los dominios de Archaon del resto de Reinos Mortales.

El asalto fue masivo y se produjo de manera simultánea en las distintas Omnipuertas con diversos resultados:

  • En Shyish, Nagash envió mensajeros a las fuerzas de Sigmar indicando que apoyaría el ataque contra la Omnipuerta de Gothizzar. Sin embargo sus fuerzas nunca aparecieron, y los ejércitos Stormcast se sacrificaron hasta el último hombre en un asalto destinado al fracaso.
  • En Chamon, el portal que llevaba a Ochopartes era conocido como el Portal Mercurial. Tan cerca estuvo la victoria sigmarita, que se hizo necesaria la participación del propio Archaon al mando de su Varanguard para evitar la reconquista de los Ferrobastiones. Ante unos oponentes tan poderosos la fuerza de asalto fue rápidamente eliminada y el asedio a la Omnipuerta finalmente fracasó.
  • Los asaltos a las Omnipuertas de Hysh y Ulgu se llevaron a cabo, pero ninguno de los supervivientes pudo explicar con claridad qué fue lo que encontraron dada la naturaleza de ambos reinos. En cualquier caso ambos se mantuvieron bajo el control de Archaón.
  • De entre todos los portales que llevaban a Ochopartes, Puertasfauces era el más singular puesto que se encontraba atrapado en la garganta de un titánico gusano conocido como Fangathrak. Ya fuera por casualidad o por la acción de Gorkamorka, Fangathrak terminó acercándose a territorio Orruk poco antes de la ofensiva Stormcast. Así, cuando los guerreros de Sigmar llegaron al campo de batalla encontraron a los defensores de Puertasfauces enzarzados en una cuenta batalla con los Ironjawz. Tras derrotar al último de los líderes de la hueste caótica, Gordrakk lanzó un poderoso rugido que dió a Fangathrak el impulso necesario para tirar fuertemente de sus cadenas y sumergirse bajo tierra destruyendo las fortalezas que lo mantenían cautivo. Ningún Stormcast o seguidor del Caos sobrevivió aquel día a la furia de los Orruk.
  • De entre todas las Omnipuertas el Portal Brimfire de Aqshy era el más importante para Sigmar. Por una parte su conquista significaba debilitar tanto a Archaon como a Khorne dado que el belicoso dios del Caos era el que más influencia tenía sobre el reino del fuego. Pero sobretodo conquistar ese portal significaba para el dios-rey resarcirse de la peor de sus derrotas, puesto que en dicho portal se produjo la Batalla de los Cielos Ardientes. En una batalla colosal que involucró a Stormcast Eternals, Fyreslayers, la Bestias Divina Ignax, una colosal hueste del Caos y al poderoso Daemon de Khorne Skarbrand, las fuerzas sigmaritas se alzaron con la victoria y el Portal Brimfire fue conquistado.
    Vandus vs skabrand 1edicion ilustracion

    Duelo entre Vandus Hammerhand y Skarbrand en el asalto al Portal Brimfire

En líneas generales, el asalto a las Omnipuertas no cumplió sus objetivos puesto que solo se aseguraron dos de los siete portales asediados, los de Aqshy y Ghyran. Sin embargo Archaon conservó solamente el control de los portales de Chamon y Shyish, mientras que el de Ghur se perdió. De esta manera, para las fuerzas de Sigmar se abrió la posibilidad de aprovechar la nueva coyuntura para afianzar sus conquistas en los diferentes reinos, principalmente en Aqshy y Ghyran. Fue así como las Guerras por los Portales llegaron a su conclusión.

Expansión de la alianza del Orden[]

Tras las Guerras por los Portales, las fuerzas de Sigmar aprovecharon el resultado del asalto a Ochopartes para fortificar sus posiciones. Esto no significó que terminaran las hostilidades con las fuerzas del Caos. Desde Azyr se lanzaron ofensivas destinadas a ampliar el territorio conquistado, y los enfrentamientos con las fuerzas de la Muerte y la Destrucción fueron intermitentes. Pero a pesar de este estado de asedio continuado, para las fuerzas del Orden este período significó el desarrollo de fortificaciones, poblaciones, infraestructuras y comercio en los diferentes Reinos Mortales. Este crecimiento tuvo lugar principalmente en Aqshy y Ghyran puesto que, al haber conquistado sus Omnipuertas, la presión de los ejércitos del Caos en sendos reinos disminuyó notablemente.

De Fortormentas a Ciudades Libres[]

Las Fortormentas construidas en torno a los Portales del Reino conquistados se ampliaron enormementente, convirtiéndose en auténticas obras maestras de la arquitectura y la ingeniería. Todas ellas eran construcciones únicas que se adecuaban en muchos casos a entornos complicados en los que escaseaban muchos productos y materias primas. Esto generó un comercio creciente que, unido al afán de mejora constante de las defensas, provocó que aparecieran gradualmente asentamientos estables con población creciente en torno a las Fortormentas. Algunas poblaciones crecieron tanto que terminaron por empequeñecer sus Fortormentas originarias, apareciendo así las primeras Ciudades Libres. Pronto se fundaron Ciudades Libres independientes, creándose paulatinamente una red de ciudades que comerciaban entre ellas.

Aperturismo Kharadron[]

Kharadron portada

Los Kharadron Overlords destacan por su espíritu aventurero y su amor por los negocios

Los Duardin conocidos como los Kharadron Overlords se mantuvieron neutrales durante las Guerras por los Portales. Estos tenaces supervivientes crearon durante la Era del Caos una civilización basada en ciudades y embarcaciones voladoras organizadas en torno a unas leyes conocidas como el Código Kharadron. El mismo código que les impidió ayudar a los Stormcast Eternals en su guerra de liberación llevó a la abertura de su sociedad tras la implantación de las primeras Ciudades Libres. Esta alianza fue tremendamente provechosa para ambas partes en términos comerciales, afianzando aún más la prosperidad de las crecientes urbes. En poco tiempo se construyeron en las principales Ciudades Libres puertos especialmente creados para los increíbles ingenios voladores Kharadron.

El descenso de las flotas[]

Ciudad templo

Ciudad-Templo situada en Aqshy

Para los Seraphon se inicia una nueva fase del gran plan cuando muchas Flotas-Templo descienden hacia los reinos mortales, convirtiéndose en Ciudades-Templo. Muchas de ellas aterrizaron en nodos de la Astromatriz Arcana, reforzando el dominio de los Seraphon sobre estas localizaciones. Con el tiempo la naturaleza azyrita de los Seraphon que habitan en estas Ciudades-Templo se irá mezclando con las energías del reino en el que habitan, convirtiéndolos en Materializados.

Por su parte muchos Eslizones de los Colmillos de Sotek formaron enclaves en muchas Ciudades Libres prestando servicios como artesanos, escribas o lectores de portentos oraculares y alcanzando gran renombre gracias a su maestría. De esta manera además sus espías consiguen gran cantidad de información que trasladan a Zectoka, el líder de la Constelación, datos que el Slann utilizará en el futuro para asegurarse de que estos enclaves no caigan y conformen un frente unificado contra el Caos.

Las Semillas de la Esperanza[]

En estos tiempos Alarielle permitió que se crearan asentamientos estables en Ghyran, sabedora de que le serían de gran ayuda a la hora de seguir combatiendo la influencia de Nurgle en su reino. De entre todos estos asentamientos hubo tres ciudades que crecieron más rápido y con más fuerza que todas las demás, pasando a ser conocidas como las Semillas de la Esperanza. Durante un feroz período conocido como la Temporada de Guerra estas tres ciudades sufrieron una sucesión de feroces asaltos por parte de sus enemigos, pero en los tres casos las ciudades no solo prevalecieron sino que se fortalecieron y ampliaron sus límites.

Ciudad Viviente

La Ciudad Viviente

La primera de estas ciudades en ser creada fue La Ciudad Viviente, creada a partir de la nada por la magia de Alarielle en un territorio fértil que había sido corrompido por los Skaven del Clan Pestilens. Mediante una canción mágica que duró catorce días con sus noches, la Reina Eterna alzó una imponente fortaleza de increíble tamaño. Este basión le fue otorgado a los aliados mortales de la diosa de la vida a cambio de que vigilaran los territorios circundantes y evitar que fueran nuevamente mancillados por los poderes del Caos. Los que aceptaron pasaron a convertirse desde ese momento en los guardianes de la Ciudad Viviente, firmes defensores de los bosques de la reina Eterna.

La segunda de las Semillas de la Esperanza en ser creada fue la Fortaleza Aguagrís. Construída en unos terrenos pantanosos cercanos al Portal Festemere, esta imponente construcción se alzó gracias a la tenacidad de sus defensores, el poderío de sus máquinas de guerra, su creciente industria y el ingenio del visionario arquitecto Valius Maliti. Los seguidores de Alarielle se horrorizaron al comprobar cómo los pobladores de la fortaleza consumían velozmente los recursos cercanos. Se produjeron diversos enfrentamientos entre los pobladores y las fuerzas de Alarielle, pero la ciudad prevaleció. Durante la Temporada de Guerra fue tal el poder desatado contra las hordas sitiadoras por los defensores de la Fortaleza Aguagrís que sus alrededores terminaron convertidos en una devastación inhabitable poblada por feroces espíritus arbóreos.

La última de las semillas fue Phoenicium. Cientos de años atrás, durante las primeras fases de la invasión del Caos, la ciudad fue engullida completamente por una marea de savia rezumante proveniente de la Montaña Arbórea, una región cercana. Se desconocen las causas de tal catástrofe, pero ciertamente la ciudad permaneció preservada hasta que fue encontrada por Aelves del Templo Fénix. Los Fénix que los acompañaban alzaron el vuelo al encontrar la ciudad, y tras ejecutar una misteriosa danza consiguieron deshacer el ámbar, el cual se convirtió en una hermosa bruma dorada que pasó a rodear la ciudad. Los enemigos tocados por esta bruma se convierten en estatuas de ámbar, mientras que los seguidores del Templo Fénix empezaron a realizar peregrinaciones a la ciudad. Rápidamente, Phoenicium se transformó en una poderosa urbe y en uno de los principales bastiones de los Pueblos Libres en Ghyran.

La ciudad de las dos colas[]

De entre todas las Ciudades Libres que se establecieron durante este período, la mayor y más próspera fue Hammerhal, la ciudad de las dos colas. Esta ciudad se construyó a ambos lados del Portal de Stormrift, un Portal del Reino que unia Aqshy con Ghyran. Aunque la ciudad se extendió a ambos lados del portal fue desde sus inicios gobernada y gestionada como una única ciudad en su conjunto. Hammerhal Aqsha, su mitad de Aqshy, se convirtió en un lugar duro y fortificado caracterizado por las grandes baterías de cañones e ingenios militares situados en sus enormes bastiones. Por su parte la mitad de Ghyran, Hammerhal Ghyra, albergaba principalmente a Aelves constituyéndose en un bastión para este pueblo. Para contener la exuberancia del Reino de la Vida, desde Hammerhal Aqsha se canalizó un río de lava para frenar tanto a la creciente vegetación como a los enemigos de la ciudad. A cambio un flujo constante de agua y comida empezó a cruzar desde Hammerhal Ghyra manteniendo los distritos de Aqsha alimentados gracias a su abundancia sin fin y permitiendo que la urbe se conviertiera en la mayor de las Ciudades Libres, la capital espiritual de todas ellas y en la principal sede de poder del Dios-Rey fuera de Azyr.

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Hammerhal, la ciudad de las dos colas

La Cruzada Ardiente[]

En cuanto las distintas Ciudades de Sigmar estuvieron asentadas el dios-rey convocó una cruzada destinada a conquistar la Meseta Llagaígnea, una región del Gran Erial de Aqshy. Durante la Era de los Mitos, esta región había pertenecido al Imperio Agloraxi, una poderosa magocracia famosa por su conocimiento arcano y fabulosos ingenios. Durante la Era del Caos el imperio sucumbió, pero entre sus ruinas aún podían encontrarse gran cantidad de tesoros y maravillas. Fue así como se inició la Cruzada Ardiente, un feroz enfrentamiento que enfrentó a las fuerzas de Sigmar tanto con seguidores del Caos como con feroces Orruk y corsarios espectrales.

Contraofensiva de los Dioses Oscuros[]

Los poderes del Caos no permanecieron impasibles durante este período, sino que fueron preparando su contraofensiva. A pesar de las victorias conseguidas por las huestes de Sigmar en las Guerras por los Portales, la mayor parte de los Reinos Mortales seguía en manos de los dioses oscuros, los cuales pusieron en práctica diferentes estrategias con el objetivo de someter a sus oponentes.

A pesar de haber perdido parte de su influencia en Aqshy, Khorne fue el dios del Caos que más provecho obtuvo tras las Guerras por los Portales. Habiendo encontrado al fin unos oponentes dignos para sus ejércitos, el dios de la guerra se regocijó sabedor de los grandes derramamientos de sangre que iban a tener lugar en los próximos años entre sus seguidores y los defensores de las Ciudades de Sigmar.

De la misma manera Nurgle había perdido parte de su influencia en Ghyran, aunque seguía controlando la mayor parte del reino y la Guerra de la Vida proseguía. Sin embargo tras reflexionar se dió cuenta de que se había centrado demasiado en ese reino, por lo que decidió llevar sus bendiciones al resto de Reinos Mortales. El dios de la plaga envió a Horticulous Slimux, uno de sus principales sirvientes demoníacos, en una peregrinación por diversos reinos con el objetivo de expandir sus plagas.

Para Tzeentch, el surgimiento de las Ciudades de Sigmar significó la aparición de nuevos escenarios en los que poner en práctica sus conspiraciones y planes a largo plazo. En los recién creados asentamientos empezaron a florecer todo tipo de cultos que, de manera directa o indirecta, obedecían los designios del dios del cambio. Paralelamente, todo tipo de misteriosos hechizos mágicos fueron articulados por seguidores de Tzeentch a lo largo de los Reinos Mortales. Tras una epifanía, Sigmar descubrió alarmado un patrón creciente: en diversos lugares de poder los seguidores de Tzeentch estaban alzando extrañas construcciones mágicas, y el Dios-Rey podía presentir como el dios del cambio estaba conjurando un poderoso hechizo. Mientras tanto los Gaunt Summoners, un grupo de nueve hechiceros demoníacos de Tzeentch esclavizados por Archaon, atrayeron a sus Torres Plateadas a campeones de diferentes razas con el objetivo de manipular las hebras de sus destinos y conseguir finalmente su preciada libertad.

Slaanesh atrapado

Desde su prisión, Slaanesh buscó la forma de romper sus ataduras

Slaanesh seguía confinado en su prisión mientras le arrancaban una a una las almas Aelf que aún guardaba en su interior. Este proceso le provocaba un indecible y despiadado tormento que habría terminado con la cordura de cualquier otro ser que no hubiera sido el dios del placer, el cual aprendió lentamente a resistir el dolor. Consciente de que muchos de sus vigilantes eran poderosos hechiceros Aelves, y de que estos acudían a distintas ciudades a descansar de forma periódica, el dios del Caos puso en marcha un astuto plan. Consiguió contactar con algunos de sus servidores demoníacos más fieles, y estos recibieron la orden de sonsacar sutilmente los secretos de la prisión de Slaanesh. Fue así como el más joven de los dioses del Caos descubrió cómo funcionaban sus ataduras mágicas y empezó a idear estrategias para ir destruyéndolas una a una.

El menor de los Dioses del Caos, la Gran Rata Cornuda, ordenó a sus hijos que se reproducieran y corrompieran las tierras de los reinos. Muchas ciudades fueron atacadas por furiosas oleadas de hombres rata, e incluso en los cielos pudieron verse flotas de ingenios voladores Skaven que rivalizaban con las naves de los Kharadron Overlords.

Finalmente Archaón, tras ver cómo había perdido la capacidad de acceder a los reinos de Aqshy, Ghyran u y Ghur, dispuso que se levantaran de inmediato fortalezas en torno a cada pórtico de Ochopartes y le encargó a sus más temibles lugartenientes la tarea de protegerlos. El mayor de estos bastiones fue la fortaleza de Karheight, la cual vigilaba el extremo del Portal Final que llevaba a Ghotizzar en el Reino de Shyish.

Nagashizzar y la Gran Pirámide Negra de Nagash[]

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Nagash, el Gran Nigromante

Durante la Era de los Mitos, Nagash determinó que la macabra gloria de Nagashizzar, la capital de su reino, debería extenderse a todos los Reinos Mortales. Fue así como ordenó a Arkhan el Negro, su más leal sirviente, que contruyera en Nagashizzar una gigantesca pirámide invertida formada por bloques de Tumba-Arena cristalizada. La Tumba-Arena, la Piedra del Reino propia de Shyish, se encontraba generalmente en los bordes del reino mientras que Nagashizzar se encontraba en el centro del reino y, por lo tanto, a una distancia colosal. Pero Nagash no tenía prisa, pues contaba con toda la eternidad para ver sus planes conseguidos. Fue así como durante milenios se enviaron a legiones enteras de no muertos a un viaje colosal en el que atravesaban por completo el reino de la muerte, recogían un único grano de Tumba-Arena, y volvían con el mismo a Nagashizzar para dejarlo y repetir nuevamente el proceso. Arkhan el Negro se encargó de supervisar la operación, la cual se mantuvo incluso durante la Era del Caos mientras Nagash se recuperaba de las heridas que le inflingió Archaon en la Batalla de los Cielos Negros.

Pero fue tras la Era del Caos cuando Nagash vió con claridad la necesidad de poner en marcha su antiguo plan. Durante los largos años en los que Nagash estuvo recuperándose de sus heridas fue paulatinamente consciente de que tenía ciertas dificultades en recuperar sus fuerzas, llegando finalmente a la conclusión de que de alguna manera le estaban negando almas que deberían ser legítimamente suyas. A los Dioses del Caos, que acostumbraban a quedarse con las almas de sus seguidores, se les habían unido otros usurpadores. Por una parte estaba Sigmar, al que Nagash empezó a llamar ladrón. El Dios-Rey había construido sus ejércitos de Stormcast Eternals tomando las almas de grandes guerreros, reviviéndolos una y otra vez mediante el proceso de la Reforja. Incluso había usurpado del reino de Shyish las almas de héroes antiguamente muertos para añadirlos a su ejército, un acto que para Nagash fue considerado como un insulto personal. Pero Sigmar no era el único de entre sus antiguos aliados que había ofendido al gran nigromante: los dioses Aelves se habían quedado para sí las almas de los Aelf que había engullido tiempo atrás Slaanesh y los Sylvaneth de Alarielle reciclaban las almas de sus muertos.

Nagash aprovechó el fin de las Guerras por los Portales para reconquistar su antigua capital y, tras masacrar a las fuerzas del Caos que Archaon dejó vigilando las ruinas de Nagashizzar, dio inicio de forma inmediata a la reconstrucción de la misma. El gran nigromante se aseguró de que continuara asimismo la construcción de su gran pirámide y empezó a preparar un potente pero peligroso ritual. Este hechizo requeriría la masiva energía que acumulaba su pirámide y con el mismo lograría terminar con todos los seres vivos de los ocho reinos de un único golpe. Simultáneamente, Nagash envió a sus Mortarcas en todo tipo de misiones destinadas a preparar su próxima contraofensiva. Los espías de Neferata infestaron las Ciudades de Sigmar, mientas las despiadadas fuerzas de Manfred von Carstein ejecutaban ataques relámpago sobre todo tipo de objetivos provechosos para los designios de su amo. Por su parte Arkhan el Negro y sus seguidores se encargaron de supervisar la finalización de la Gran Pirámide, buscar todo tipo de conocimiento oculto por los distintos reinos, y de buscar en Ulgu pistas sobre el paradero de Slaanesh.

La Era de las Tribulaciones[]

Artículo Principal: Era de las Tribulaciones

Portentos Malignos

La Era de las Tribulaciones estuvo llena de presagios oscuros y sombras insidiosas

La Era de las Tribulaciones fue un período en el que se frenó la expansión de las Ciudades Libres y empezó a incrementarse la presencia y poder de las Fuerzas de la Muerte en los diferentes reinos. Esta época debe su nombre a que los ocho reinos se vieron colmados de signos ominosos y presagios oscuros relacionados de una u otra forma con los no muertos o con la muerte. Aunque fue un período relativamente corto, tuvieron lugar eventos que terminarían por cambiar drásticamente los equilibrios de poder entre las distintas alianzas que se disputaban el control de los Reinos Mortales.

Los Portentos Malignos[]

A medida que se acercaba el momento en el que la Gran Pirámide Negra de Nagash estuviera completa y e gran nigromante ejecutara su ritual, empezaron a notarse los efectos de esta masiva acumulación de energía en el resto de Reinos Mortales. Estos efectos fueron conocidos como los Portentos Malignos.

En sus inicios, esta sombra se extendió de forma lenta e insidiosa y fue mayormente ignorada: cultivos en los que aparecían súbitamente restos humanos, leche que se transmutaba en sangre, aldeanos que caían en comas profundos o sirvientes que encontraban inexplicables huellas ensangrentadas en los palacios en los que servían. Poco a poco los efectos empeoraron, y en el segundo mes llegaron las primeras muertes: luces misteriosas que guiaban a los incautos hacia zonas neblinosas de las que nunca volvían, cuchillos que adquirirían vida propia e impalaban a sus propietarios o manos esqueléticas que salían súbitamente de sus tumbas para engullir a los visitantes de los cementerios. Aunque estos efectos tuvieron lugar principalmente en Shyish, también se reprodujeron en el resto de Reinos Mortales, incluyendo a la misma Azyr.

Los Portentos Malignos fueron constantes durante toda la Era de las Tribulaciones, aumentando en intensidad a medida que pasó el tiempo y siendo la fuente de numerosos conflictos, como los diferentes asedios a la Ciudad Libre de Excelsis.

Las distintas alianzas se movilizan[]

Stormcast contra nighthaunt

Stormcast Eternals de la Cámara Auxiliar de Vanguardia enfrentandose contra Nighthaunts

Gradualmente las distintas facciones tomaron conciencia de la importancia de los Portentos Malignos y su relación con Shyish para, finalmente, terminar actuando en consecuencia.

Sigmar no envió inmediatamente a sus fuerzas a Shyish ni empezó a reunir sus ejércitos, sino que decidió que estas fuerzas se dedicaran a recopilar información para descubrir qué estaba ocurriendo exactamente. De esta manera, envió al resto de Reinos Mortales centenares de meteoritos ricos en Piedra del Reino de Azyr. Los Lord-Ordinator, ingenieros videntes de los Stormcast Eternals, acudieron raudos a los lugares donde cayeron los meteoritos para construir torres desde las que pudieran discernir el futuro y actuar en consecuencia. El resto de naciones de la alianza del Orden también tomaron medidas ante la creciente amenaza no muerta. Las Ciudades Libres reforzaron sus defensas y contrataron a mercenarios Fyreslayers. La propia Morathi acudió a Hammerhal para convencer a sus gobernantes de la necesidad de enviar a sus ejércitos a Shyish para frustrar los planes de Nagash antes de que fuera demasiado tarde, formalizándose poco después la alianza entre las Hijas de Khaine y las Ciudades de Sigmar. Por su parte Ararielle, diosa de la Vida, sintió profundamente los efectos de los actos de Nagash. Envió a Shyish a Drycha Hamadreth, la más feroz de sus hijas, para intentar detener los planes del nigromante.

Darkoath warqueen

Marakarr Blood-Sky, una poderosa reina guerrera enviada por los Dioses del Caos para reclutar un ejército que marchara hacia Shyish

Llenos de ira, los diferentes Dioses del Caos enviaron a sus seguidores poderosas visiones exhortándoles a detener los planes de Nagash. Ya fuera mediante estallidos de rabia, a través de sueños, moscas de tres ojos, versos hipnóticos que se les repetían incesantemente o misteriosas ratas albinas susurrantes, los líderes de muchas tribus o naciones guerreras recibieron la llamada de los dioses. Aquellos que adoraban por igual a los distintos poderes ruinosos recibieron increíbles epifanías en las que pudieron ver el esquema completo de la situación. Los principales receptores de estos mensajes viajaron a través de los Reinos Mortales difundiendo la palabra de los dioses y reclutando vastos ejércitos con un destino en mente: Shyish.

Por su parte, los Gaunt Summoners de Archaon entrevieron desde sus Torres Plateadas las trazas del destino que conducían hasta el plan de Nagash. Decididos a favorecer a Tzeentch, desbaratar los arrogantes planes de Nagash y acercarse a su liberación definitiva de las garras de Archaon, empezaron a mover las hebras del destino iniciando una cadena de acontecimientos que cambiaría el porvemir de los Reinos Mortales.

Finalmente, los principales visionarios y profetas de Gorkamorka empezaron a recibir extrañas señales y presagios. Entre ellos cabe destacar a los Shamanes cavernarios Grot que, guiados por un consumo excesivo de setas alucinógenas, accedieron a poderosas visiones en las que vieron a legiones de muertos vivientes masacrando a las tribus de los seguidores de Gorkamorka. Una vez recibido el mensaje de su bicéfala divinidad, estos Shamanes difundieron rápidamente la palabra entre las tribus. Aunque eran algo enclenques, se consideraba que estos profetas eran portadores de la palabra del propio Mork. En poco tiempo grandes huestes de pielesverdes marcharon hacia Shyish dispuestas a liberar nuevamente el poder del Waaagh!

El drenaje del Mar Khaphtar[]

La construcción de la Gran Pirámide Negra atrajo poderosamente la atención de los dirigentes Skaven, siempre ansiosos por capturar Piedra del Reino. Fue así como desde Plagópolis, la inmensa capital de los Skaven, se construyeron agujeros que atravesaba el aéter en dirección a Shyish. La mayor de ellas fue una construcción ambiciosa y arriesgada, puesto que los agujeros Skaven no siempre llegan con exactitud al destino deseado y esta se construyó con bestias-maquina tuneladoras para que permitiera el paso a una legión de millones de hombres rata. Para desgracia de los Skaven este túnel llevó en concreto al fondo del Mar Khaphtar, un océano cuyas aguas estaban repletas de muertos vivientes. El error de cálculo de los Skaven trajo consigo gran cantidad de consecuencias:

  • El Mar Khaphtar inundó con fuerza la red de madrigueras Skaven, ahogando al instante a la fuerza invasora de hombres rata. Una enorme ola repleta de millones de hinchados zombis marinos arroyó Plagópolis en el conocido como Año de la Rata Ahogada. Este fue el inicio de la Guerra de las Cosas-Cadáver, una feroz confrontación entre los hombres rata y la interminable marea de muertos vivientes que fluía desde Shyish.
  • En el fondo del Mar Khaphtar se encontraba un enclave de los Idoneth Deepkin, el cual se vió súbitamente expuesto a la invasiva mirada de Nagash. De esta manera el Gran Nigromante supo de las prácticas de los Idoneth, los cuales robaban almas de otras razas para alargar su propia existencia, y pasó a considerar a estos Aelves como ladrones a los que exterminar.
  • Acuciados por la necesidad, los Idoneth de Khaphtar pidieron ayuda a sus primos de la Cuenca Laebrea, un inframundo de Shyish en el que descansaban los restos de enormes bestias entre pozos de alquitrán. Ambos enclaves Idoneth llegaron a un acuerdo de colaboración, resolviendo que el mejor curso de acción era encontrar una distracción que desviara la atención de Nagash y permitiera salvarse a los Idoneth de Khaphtar. En la Cuenca Laebrea se encontraba el Ojo del Chacal, un Portal del Reino que comunicaba con Ghur, el Reino de las Bestias. Los Idoneth atrajeron hacia el portal a enormes huestes de Orruks y Ogors, creando entre los pozos de alquitrán un sendero que llevaba hacia los inframundos cercanos a Nagashizzar. De esta manera, la ciudadela del gran nigromante sufrió oleada tras oleada de ataque y, para cuando el Mar Khaphtar quedó drenado por completo, el enclave Idoneth escapó de la atención de Nagash.
  • A pesar del fracaso de la ofensiva inicial de los Skaven, los hombres rata decidieron aprovechar el camino abierto hacia al Mar Khaphtar para enviar un grupo de agentes del Clan Eshin a la Gran Pirámide de Nagash. De esta manera, grupos enteros de asesinos rodeados de sombras partieron raudos en dirección hacia Nagashizzar. Ayudados en secreto por los Gaunt Summoners, estos hombres rata terminaron infiltrándose en la Gran Pirámide Negra de Nagash.

Las Cadenas Rotas de Slaanesh[]

Para cuando llegó el momento en que Nagash estuvo preparado para ejecutar su ritual, Slaanesh ya se había liberado de dos de sus sesenta y seis cadenas. Cada una de estas ataduras estaba fabricada con la propia esencia de la contradicción, y requería de grandes paradojas para ser destruida.

Guardian secretos

Gracias a la acción encubierta de sus más fieles Guardianes de los Secretos Slaanesh descubrió como quebrar dos de sus cadenas

La primera cadena de la que Slaanesh se liberó fue la Cadena del Odio Puro, la cual sólo podía romperla aquel que más odiara al dios del placer. Los dioses Aelf supusieron erróneamente que aquél que más odiara a Slaanesh sería un miembro de su raza, sin tener en cuenta el odio puro alimentado por milenios que sentía Khorne hacia el dios de los excesos. Desde su prisión Slaanesh envió una visión a Allegaria Sen'sathra, una de sus principales sirvientes daemónicas, ordenándole que robara la sagrada hacha daemónica Eigngrom hilvanando de esta manera una melodía en el Gran Juego que Khorne no podría ignorar. El dios de la sangre envió a Karanak, su poderoso mastín daemónico de tres cabezas, a destruir a la sirviente de Slaanesh y reclamar el hacha. Pero Allegaria derrotó a Karanak en duelo singular, y la titánica explosión de rabia de Khorne destruyó la Cadena del Odio Puro. Slaanesh rápidamente reemplazó la cadena con una ilusión compuesta de expectación y deseo lo suficientemente poderosa como para engañar a Malerion y a Teclis.

La segunda atadura que Slaanesh consiguió quebrar fue la Cadena de las Traiciones Extremas, que requería para su rotura de la masacre de miles de almas inmaculadas a manos de sus firmes defensores. En las Ciudades de Sigmar Slaanesh propició la aparición de todo tipo de cultos, ya fueran dedicados a su adoración o a la de otros Dioses del Caos, a través de susurros, sueños e ingeniosas seducciones. El dios del placer se aseguró de que todos ellos alcanzaran un punto crítico al mismo tiempo, sabedor de que los Stormcast Eternals se verían forzados a tomar medidas extremas en contra de ellos. El proceso de Reforja deshumanizaba gradualmente a los Stormcast, volviéndolos cada vez más fríos y despiadados en su lucha contra el Caos, una tendencia que beneficiaba a los designios de Slaanesh. En la infame Purga de Vindicarum, los Celestial Vindicators exterminaron a tres cuartas partes de la población, creyendo que éste era el único medio para terminar con los cultos del Caos que medraban en la ciudad. Al mismo tiempo en la Batalla de Excelsis los Knight Excelsior masacraron a todo ciudadano que les plantara cara, independientemente de sus razones. En Hammerhal Aqsha, las investigaciones de los Hammers of Sigmar terminaron en una guerra abierta en las calles entre los Stormcast Eternals y aquellos bajo la influencia de Slaanesh. Bajo su justa ira, siguiendo su fervor para destruir los poderes ruinosos, los Stormcast Eternals fueron demasiado lejos y con sus armas asesinaron a aquellos a los que juraron proteger. Los gritos de estas almas inocentes resonaron por el vacío y quebraron la Cadena de las Traiciones Extremas mientras Slaanesh sonreía sabedor de que había avanzado un paso más hacia su liberación.

La Marcha Condenada[]

Artículo principal: La Marcha Condenada

Vorrus starstrike

Vorrus Starstrike

Docenas de ejércitos de todas las razas partieron hacia Nagashizzar para intentar frustrar los planes de Nagash, aún sabiendo que probablemente perecerían en el intento. Entre todas estas marchas, la más importante o al menos mejor documentada fue protagonizada por tres dispares y poderosos ejércitos que marcharon de manera independiente hacia la capital del gran nigromante. Estas fuerzas fueron el contingente de Stormcast Eternals liderados por el Lord-Ordinator Vorrus Starstrike, la hueste del Caos liderada por la Reina Guerrera Dakoath Marakarr Blood-Sky y el ejército de pielesverdes liderado por el Shaman fungoide cavernario Snazzgar Stinkmullet.Si estas tres fuerzas hubieran actuado de manera coordinada, es posible que hubieran podido evitar el ritual de Nagash. Sin embargo los líderes de estos contingentes fueron manipulados por un demonio cambiaformas proveniente de una de las Torres Plateadas de los Gaunt Summoners, y terminaron exterminándose mutuamente antes de alcanzar la ciudadela del gran nigromante.

El Necroseísmo y el Nadir de Shyish[]

Cuando llegó el día en que la Gran Pirámide Negra de Nagash estuvo completa, Nagashizzar estaba bajo asedio enemigo. Este hecho no amedrentó al gran nigromante, el cual se dispuso a ejecutar inmediatamente su gran ritual a sabiendas de que las fuerzas que asaltaban su capital serían las primeras en morir en el mismo instante en que lo completara. Sin embargo, Nagash desconocía que un grupo de Skaven del Clan Eshin se habían infiltrado en su pirámide. En los primeros compases del ritual, cuando la gran pirámide empezó a rotar, Nagash descubrió que los hombres rata se habían infiltrado en su creación. Mientras eliminaba a estas molestas criaturas mediante una niebla asesina, el gran nigromante sintió la risa despiadada de los Dioses del Caos. La presencia de los Skaven desestabilizó el delicado equilibrio de la obra de Nagash, y la propia fuerza del conjuro estuvo a punto de consumirlo. Haciendo uso de su fuerza de voluntad, el gran nigromante pudo mantener un precario control del hechizo evitando su destrucción y desatando una potente onda de energía mágica que sería conocida a partir de entonces como el Necroseísmo. Las risas de los dioses oscuros cesaron y fue Nagash el que sonrió.

Nagash

Los efectos del Necroseísmo beneficiaron enormemente a Nagash

Aunque los efectos del conjuro escaparon al control de Nagash, sus efectos le fueron altamente beneficiosos. Las fuerzas cataclísmicas desatadas por el ritual se esparcieron por el tiempo y el espacio, y con ellas apareció una extraña y letal disrupción en el tejido de los Reinos Mortales, pues la interferencia Skaven había teñido el ritual con el poder del Caos. En todas partes, las normalmente ordenadas energías de la muerte enloquecieron conforme la reacción metafísica en cascada recorría el cosmos. Espectros retorcidos de todo tipo se alzaron de la arcilla mortal que antaño habitasen, mientras un dominio tras otro era visitado por lo espíritus alzados de un billón de almas muertas. Los efectos del Necroseísmo fueron tan devastadores que destruyeron buena parte de los edificios del Sigmarabulum y el propio Sigmar cayó al suelo durante unos instantes.

Mientras tanto, la Gran Pirámide Negra de Nagash se volvió cada vez más pesada debido a la acumulación de energía mágica, y empezó a hundirse en el centro del reino de Shyish no tanto taladrándolo sino estirándolo y atrayendo a las tierras de alrededor. Alrededor de la pirámide invertida se creó un torbellino, un vórtice, un remolino de energía que atraía almas e inframundos y los arrastraba hacia un punto central infinitamente denso. Este punto pasó a ser conocido a partir de entonces como el Nadir de Shyish, el Fin de todas las cosas. El Nadir era tan potente en energía mágica que ni siquiera el propio Nagash podía morar allí eternamente. Corrompido por los trazos de magia del Caos, aquel se convirtió en un lugar de locura además de muerte.

El incremento de poder militar que le trajeron a Nagash el Necroseísmo y la creación del Nadir de Shyish significaron el inicio de las Guerras del Alma

Las Guerras del Alma[]

Artículo Principal: Guerras del Alma

Las Guerras del Alma son el conjunto de conflictos militares en los que se encuentran inmersos actualmente los Reinos Mortales. Aunque inicialmente empezó como una feroz y ambiciosa ofensiva en todos los reinos por parte de las fuerzas de Nagash, todas las facciones han ido ejecutando sus propias ofensivas y contraofensivas convirtiéndose en un despiadado enfrentamiento a varias bandas cuya crudeza y magnitud supera ampliamente a la vista en las Guerras por los Portales.

Primeros asaltos de los Nighthaunt[]

Nighthaunt 2

Todos los Reinos Mortales sufireron los despiadados asaltos de los Nighthaunt

Los primeros compases de las Guerras del Alma estuvieron constituidos por una enorme cantidad de furiosos y descontrolados asaltos perpetrados por los espíritus invocados por el Necroseísmo. Estos Nighthaunt actuaron de forma completamente desorganizada y con poca o nula coordinación. De esta manera, el ímpetu inicial de estos ataques fue desaprovechado en la mayoría de los casos. En la Ciudad Libre de Phoenicium los atacantes exterminaron a la guarnición de Stormcast Eternals pero se contentaron con atemorizar a sus habitantes y no arrasaron el enclave. Los Sylvaneth que protegían la fortaleza de madera de Gnarlok fueron derrotados pero los Nighthaunt abandonaron posteriormente la plaza permitiendo que cayera en las garras de los Hombres Bestia. Dos oleadas sucesivas de Nighthaunt estuvieron cerca de conquistar la ciudad de Vandium, pero si hubieran actuado de forma conjunta habrían superado con facilidad sus defensas. Desde el puerto volador Kharadron de Barak-Zon hasta las ocultas ciudades sumergidas de los Idoneth, muchos enclaves fueron asaltados por los enrabietados espíritus, pero en pocos casos se dieron ataques lo suficientemente coordinados como para acabar totalmente con los habitantes. Para corregir esta situación, Nagash decidió iniciar la búsqueda de un nuevo Mortarca que encabezara sus vastas huestes de Nighthaunts.

El Arcanum Optimar[]

Uno de los efectos que produjo el Necroseísmo en los Reinos Mortales fue un súbito aumento de la energía mágica, provocando que para los hechiceros resultara más sencillo generar efectos mágicos y llevándolos a realizar conjuros cada vez más complejos y ambiciosos. Los hechiceros del Collegiate Arcana bautizaron a esta nueva etapa como el Arcanum Optimar.

Sol purpura

El Sol Púrpura de Shyish, uno de los más letales Hechizos Permanentes

Se descubrieron hechizos que concentraban el poder de los reinos de manera sin precedentes, puesto que una vez conjurados no se dispersaban de manera convencional sino que podían mantenerse indefinidamente por sí mismos si no eran dispersados por algún hechicero. Estos nuevos Hechizos Permanentes tenían la capacidad de otorgar grandes beneficios durante una contienda, ya fuera por su enorme poder destructivo o por sus características particulares, por lo que rápidamente empezaron a ser utilizados por los practicantes de magia de las distintas razas y facciones que poblaban los Reinos Mortales. El problema era que una vez conjurados estos efectos no tardaban en escaparse del control de su lanzador y convertirse en peligrosos entes descontrolados que podían atacar indistintamente a los dos bandos de una batalla o, aún peor, terminar vagando sin control por distintos territorios causando la destrucción por allí donde pasarán. Tras sufrir desastres como el Infierno Viviente de Hallowheart o la Muerte Púrpura de Hammerhal, las Ciudades Libres empezaron a emplear grupos de expertos cazadores que se especializaron en rastrear y dispersar estos peligrosos hechizos errantes.

A Khorne le irritó profundamente el advenimiento del Arcanum Optimar. El dios del Caos siempre había odiado a los practicantes de magia en general, y que repentinamente contaran con tanto poder fue considerado por el dios de la guerra como una afrenta personal. Aunque el asesinato de cualquier tipo de hechicero siempre había sido el mantra de Khorne, el dios de la sangre empezó a ofrecer todo tipo de dones a aquellos que mataran hechiceros, sobretodo si se trataba de muertes sangrientas y espectaculares. Cuando Lakshar Bloodspeaker, el Slaughterpriest de la Goretide, sacrificó de manera ritual a un grupo de cultistas de Tzeentch Khorne hizo aparecer un Altar de Huesos desde el que Lakshar sacrificó al líder de los cultistas y presenció por primera vez uno de los Juicios de Khorne. A partir de ese momento, todo sacerdote de Khorne empezó a poder invocar Altares de Huesos, auténticas manifestaciones de los dominios de Khorne desde los cuales podían enviar sacrificios directamente a la base del Trono de Cráneos recibiendo a cambio todo tipo de bendiciones de la dios de la sangre. Además estos sacerdotes recibieron el don de convocar los Juicios de Khorne, manifestaciones físicas del odio y la rabia del dios de la sangre que tenían la capacidad de ayudarles en la batalla.

La Ofensiva de Lady Olynder[]

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Lady Olynder

Tras un ardua búsqueda, Nagash encontró finalmente en Lady Olynder a la candidata perfecta para convertirse en su nueva Mortarca. En vida, Olynder fue una célebre y bella dama de Dolorum, un antiguo reino de Shyish. Haciendo uso de la intriga, la conspiración y la seducción llegó a convertirse en la gobernante de la región, escudándose siempre en unas lágrimas y una pena que nunca sintió. Tras su muerte, Nagash la condenó a sentir todas las penas de los Reinos Mortales y a errar en su antiguo reino. Cuando Nagash volvió cientos de años después, se encontró con que Olynder se había convertido nuevamente en la gobernante del reino. Haciendo uso del aura de aflicción que emanaba, Lady Olynder había subyugado a todos los espíritus que se habían alzado en la región durante el Necroseísmo, mientras que a los seres vivos los había llevado a experimentar una nueva y poderosa definición del miedo. Nagash supo inmediatamente que Olynder sería tanto una sirvienta fiel como una experta en el uso del terror, la principal arma de sus recién creados ejércitos espectrales.

Lady Olynder invocó desde Nagashizzar a las huestes espectrales de los Nighthaunt y las reorganizó, enviándolas en una gran ofensiva generalizada por todos los Reinos Mortales. Su estilo de combate era fluido y devastador, basado en ataques rápidos, maniobras de flanqueo y emboscadas. Estos ejércitos no necesitaban reposo, alimentación ni avituallamiento, y además se movían con gran velocidad. Esta gran ofensiva no tardó en dar resultados:

  • Todas las principales Ciudades Libres fueron asediadas con diferentes grados de éxito. En el asedio de Morlaix Lady Olynder destruyó al Lord-Celestant al mando de la guarnición. En la Tercera Batalla del Barranco del Traidor, el Barón Morbosi conquistó el Portal del Reino Calcificado y en las Montañas Mausoleo una fuerza Nighthaunt expulsó a los Stormcast Eternals que ocupaban la región.
  • Las fortalezas de los Fyreslayers, que en su mayoría habían resistido firmemente durante todos los conflictos de la Era del Caos y la Era de Sigmar, se vieron súbitamente asaltadas por los Nighthaunt. Estos espectros superaron con facilidad sus antaño inexpugnables defensas causando pérdidas nunca vistas en la historia de los Fyreslayers. Las mayores catástrofes tuvieron lugar en Shyish, donde muchas fortalezas fueron destruidas mientras que otras fueron evacuadas.

Escalada del Conflicto[]

La feroz ofensiva de las fuerzas de Nagash trajo como consecuencia una serie de contraofensivas que provocaron en el conflicto una escalada militar generalizada en la que participaron todas las facciones en pugna en los distintos Reinos Mortales:

  • Frustrada por todos los golpes recibidos desde el Necroseismo, Alarielle vertió su furia en la siembra de una nueva casta de guerreros. Tras cantar durante un día y una noche su canción guerrera sobre su plantación la diosa de la vida hizo germinar a los Arch-Revenants, letales espíritus arbóreos preparados para liderar sus huestes en la batalla. Los Sylvaneth obtuvieron victorias contra las fuerzas de Nagash en diversas regiones como Deftwoad o Kurnotheal, y Alarielle envió sus ejércitos a los Bosques Verdural, el Monte Viviente de los Picos Lamentadores, las ruinas de la Torre de las Vides en Verdia y a los Jardines Flotantes de Humidia. Por todo Ghyran la temporada de guerra se aceleró acercándose a su crescendo.
  • Khorne envió más y más legiones a Shyish buscando refrenar la enorme horda de muertos vivientes que amenazaba con desbordar a los Reinos Mortales. La mayoría de sus éxitos tuvieron lugar en la Campaña de Hallost y en la conquista de territorios cercanos a la ciudad de Gothizzar, Omnipuerta bajo el control del Caos. Otros esfuerzos bélicos, como la conquista de Ossia, terminaron en fracaso.
  • Korghos Khul, el poderoso campeón de Khorne, envió el Orbe Infernia para asolar el Gran Erial e intentar reconquistar sus antiguos dominios en Aqshy. Sus enemigos conspiraron en su contra, lanzando un poderoso hechizo temporal que revirtió el antiguo orden en el Orbe Infernia y expulsó del mismo a Korghos. Viendo una oportunidad en su aparente debilidad, muchos señores de la guerra asaltaron los ejércitos de Khul con la intención de eliminarlo y arrebatarle su poder, pero todos fueron derrotados. Una vez restablecida su posición, Korghos Khul inició una nueva contraofensiva con la intención de recuperar su antiguos dominios.
  • Innumerables hordas de Bestias del Caos iniciaron una misteriosa marcha hacia Shyish. Horrorizados videntes de Azyr especularon con que se dirigían hacia el Nadir de Syish con el objetivo de transformarlo en una inmensa Piedra de la Manada.
  • El estallido de las Guerras del Alma trajo grandes posibilidades de expolio y saqueo a los Skaven, posibilidades que los hombres rata no dudaron en aprovechar. Ejemplos de estos ataques los tenemos en el asaltó el puerto Kharadron de Barak-Nar liderado por Thanquol o la sangrienta invasión al enclave Idoneth de Nautilar encabezado por una extraña flota de sumergibles del Clan Skryre.
  • Las apariciones de la Luna Malvada fueron aumentando a medida que el conflicto se extendía, provocando más y más incursiones por parte de las diferentes tribus Gloomspite que se sentían atraídas por ella o que intentaban atraer su atención con devastadores actos de destrucción. Aunque muchos sabios de diferentes facciones intentan impedir o al menos predecir las apariciones de la Luna Malvada, todos fracasaron en su intento. Entre los distintos conflictos en los que participaron las tribus Gloomspite, destacó el que tuvo lugar en Ayadah, una región de Chamon. Allí, el Loonking Skragrott lanzó una feroz ofensiva contra el enclave Sylvaneth de Neith’y’Ghallich con el objetivo de disputar el control del poderoso artefacto conocido como el Prismaespejado.

La revelación de las Criptormentas[]

Penumbral engine

Penumbral Engine

Durante la Era de los Mitos, Sigmar acumuló una enorme cantidad de poderosas armas, artefactos e incluso criaturas que ocultó en las Criptormentas, un conjunto de escondrijos repartidos por todos los Reinos Mortales. Para ocultarlas encargó a Grungni que manipulara los Ingenios de Iluminación, unos artefactos ofrendados por Teclis, para que en lugar de otorgar conocimiento tuvieran la capacidad de ocultarlo creando así los conocidos como Penumbral Engines. Estas máquinas cumplieron su cometido a la perfección, manteniendo ocultas las Criptormentas durante centenares de años de manera tan eficiente que el propio Sigmar olvidó el emplazamiento de muchas de ellas. El Necroseísmo provocó que los Penumbral Engines dejaran de funcionar correctamente, revelándose paulatinamente el emplazamiento de las distintas Criptormentas, muchas de las cuales habían permanecido ocultas a simple vista gracias al poderoso efecto de los artefactos que las ocultaban. Se inició así una feroz carrera en que aventureros y saqueadores de todas la razas y facciones pugnaron por encontrar los tesoros que contenían las Criptormentas mientras los agentes de Sigmar intentaban por todos los medios recuperarlos y ponerlos a buen recaudo. Los ecos de estos conflictos resonaron por todos los Reinos Mortales.

Un antiguo mal es liberado en Lethis[]

Nagash descubrió que bajo las calles Lethis, una Ciudad de Sigmar situada en el inframundo de Stygxx, se encontraba la Criptormenta conocida como la Tumba de Medianoche. En estas criptas Nagash sintió la presencia de un ser antiguo y poderoso que antaño le llamó maestro y que, indudablemente, fue encarcelado por Sigmar durante la Era de los Mitos. Preso de la furia, el gran nigromante encargó a Lady Olynder la captura de la Tumba de Medianoche y la liberación del ser que albergaba. Cuando llegaron a Lethis las noticias de la enorme hueste de muertos vivientes que se acercaba se iniciaron los preparativos para la guerra, enviándose llamadas de auxilio a todos los aliados. Sigmar fue consciente del peligro que suponía la huida del preso, puesto que implicaría que Nagash contara con un poderoso aliado, por lo que envió al Celestant-Prime para que ayudara en la defensa de la ciudad. Por su parte Olynder sobornó a un grupo de mercenarios Fyreslayers para que en el momento adecuado les apoyaran en la batalla. Fue así como, a pesar de contar con unas férreas defensas, las tropas de Lethis vieron como a causa de la traición de los Fyreslayers estuvo a punto de provocar la caída de la ciudad. De hecho Lethis se salvó gracias a que emisarios de los Stormcast Eternals consiguieron la ayuda de los Flesh-eaters Courts que habitaban al norte de la ciudad. Mientras tanto, Lady Olynder consiguió acceder a la Tumba de Medianoche, donde luchó en combate singular contra el Celestant-Prime. A pesar de los esfuerzos del más poderoso entre los guerreros de Sigmar el preso fue finalmente liberado y, aunque Lethis consiguió sobrevivir al asedio, los Stormcast Eternals fracasaron en su misión principal.

Batalla Celestant Prime lady olinder

Duelo entre el Celestant-Prime y Lady Olynder

Sabedor del gran mal que había sido liberado, Sigmar intentó conseguir la ayuda de Teclis. El dios Aelf le recriminó el mal uso que le dió en el pasado a los Ingenios de la iluminación y, con duras palabras, le informó al dios-rey de que la oscuridad que se cernía era suya y que debería afrontarla en solitario. Cuando Teclis abandonó las estancias de Sigmar, esté se golpeó las manos con fuerza atronadora e invocó a sus principales generales para un consejo de guerra dispuesto a recordarle a sus rivales por qué temían la ira del cielo.

Retorno del Mortarca y despertar de los Ossiarch[]

Katakros

Katakros, Mortarca de la Necrópolis, al mando de los Ossiarch Bonereapers

Una vez liberada, la forma espiritual de Katakros volvió rápidamente a Nagashizzar iracunda por su largo cautiverio. Una vez allí el propio Nagash le construyó un nuevo cuerpo. Las Banshees del séquito de Lady Olynder le entregaros sus antiguas armas, el glaive Inda-Khaat y el Escudo Inmortis, sus vestimentas de guerra fueron encantadas por Arkhan el Negro en una ceremonia de juramento de guardia, y mientras Nagash entonaba el sexto rito hexagramico del Liber Necros Katakros surgió nuevamente recompuesto de los laboratorios de Nagashizzar.

Durante la Era de los Mitos, Nagash diseñó el que estaba llamado a convertirse en su ejército definitivo: los Ossiarch Bonereapers. Cada uno de sus guerreros e ingenios de guerra había sido creado por la nigromancia forjando huesos como si fueran arcilla para darles forma. En sus formas osificadas poseían una gema de Tumba-Arena cristalizada conteniendo una hueste de almas fragmentadas, espíritus de grandes guerreros divididos en sus piezas más valiosas de modo que pudieran ser reutilizadas. Cada uno de estos guerreros posee una pericia sin igual en combate y una lealtad absoluta a Nagash. Pasaron desapercibidos en los lugares más profundos de la tierra durante la Era del Caos y las Guerras por los Portales, ocultos en ciudades-mausoleos y necrópolis de gran escala y grandeza. Nagash buscaba un general adecuado para dirigiros en la batalla, y Katakros fue elegido para tal fin.

Nagash había creado durante ya grandes huestes de Ossiarch Bonereapers durante el transcurso de los años, pero Katakros insistió en que necesitaba más guerreros para traer la gran mortificación que su amo deseaba. El Mortarca de la Necrópolis envió órdenes a las fortalezas de Bonereapers por todo Shyish y más allá, exigiendo que se expandieran sus ejércitos. Se formaron millares de nuevas legiones de Ossiarch a un coste enorme en hueso y esencia espiritual. Destaca la Necrópolis de Cartoch, situada en el Inframundo de Hallost. Esta ciudadela se encontraba en una región conocida como el Cementerio Infinito y había permanecido abandonada durante la Era del Caos, sus murallas azotadas por los vientos desérticos. La región lindaba con el territorio de la Glothorda Tarkan. Con el fin de evitar una guerra con los Ogors Nagash envió a su emisario, Vokmortian, para forjar una alianza de conveniencia. Se forjó así el conocido como Pacto de los Huesos, en virtud del cual los Ogors tendrían paso libre por el territorio de los Ossiarch y podrían alimentarse de cualquier ser vivo que encontrasen a cambio de dejar en el desierto los huesos de sus víctimas.

La Ofensiva de Katakros[]

Mapa imperio ossiarch

Mapa del Imperio Ossiarch

Cuando llegó el mmento adecuado, las legiones de los Ossiarch Bonereapers salieron de sus catacumbas y marcharon en masa a las órdenes del Mortarca de la Necrópolis. Con su odio hacia Sigmar intacto, marchó al encuentro de sus Stormcast Eternals masacrando a la Cámara Guerrera de los Greygaunt en la ciudad de Sendport. La siguiente en sentir la ira de Katakros fue la Horda Fundida de Hagran Cuatro-ojos, una alianza de tribus adoradoras de Caos y Duardin infernales que habían tomado práctiamente el Inframundo Praetoris. El Mortarca planificó rutas de ataque sobre la totalidad de las tierras del antiguo Imperio Ossiano, puesto que para él era una cuestión de orgullo que la franja de Inframundos que defendió contra el Caos en el pasado fueran los primeros que conquistara. Mientras enviaba fuerzas a promontorio norte de Praetoris, tenía conquistado su camino hacia la Costa Necrarca enviando a su Arch-Kavalos Zandtos para tomar la parte opuesta del continente desde Nerozzar en el sur via Grandioza hacia los Picos Ghodrine. Con la toma de las regiones costeras, el Mortarca cortó cualquier ruta que pudieran tomar los posibles refuerzos provenientes de las infames flotas saqueadoras de Hagran, muchas de las cuales estaban acosando los Inframundos de Morthaven y Splint en esos momentos. El propio Hagran se había unido a los invasores Khornitas de Hallost en un intento de forzar una alianza a través de la fuerza bruta, pero al marcharse dejó sus principales tierras de reclutamiento en Praetoris sin su liderazgo, un error que Katakros no iba a tardar en explotar.

Los Ossiarch Bonereapers avanzaron metódicamente por Praetoris, recuperando tierras que Katakros consideraba suyas por derecho propio. Con cada nueva conquista cosechó restos humanos que se transformaron en excelentes materias primas. Para cuando las hordas del Caos consiguieron organizar una defensa significativa al mando del lugarteniente de Hagran, el bestial Garha el Cornudo, estaban rodeados por tres frentes y fueron masacrados en la Batalla del Lago Elverin. En las LLanuras de Carne y Sangre de Hallost Hagran encontró a sus ejércitos desmantelados. La hueste de Vokmortian, el primerio entre los emisarios de los Ossiarch Bonereapers, rodeó y desmoralizó a las fuerzas de Hagran. Sin ningún lugar al que huir en las amplias llanuras de Hallost estas fueron exterminadas. Sin embargo el nuevo líder de la Glothorda Tarkan, Kagruk Comehermanos, rompió el Pacto de los Huesos por lo que las fuerzas de Vokmortian entraron en guerra con esta poderosa tribu de Ogors.

Ossiarch bonereapers 1

Las temibles fuerzas de los Ossiarch Bonereapers

Las conquistas se sucedieron. En Anadiria los Duardin adoradores del Caos que moraban en los Picos del Estrangulador vieron sus defensas superadas y fueron masacrados. En Equiis Central las fortalezas de los adoradores de Khorne de la región fueron arrasadas. Franjas enteras de las Tierras Interiores de Ghur fueron conquistadas por legiones de los Ossiarch Bonereapers que viajaron a través del Portal del Reino marino conocido como Boca de Codicia. Se iniciaron docenas de campañas militares, y las naciones de hombres, Duardin y Aelves se vieron asaltadas por las fuerzas de Katakros.

Finalmente, el Mortarca preparó la conquista de la Omnipuerta de Ghotizzar. Con el control del Endgate, Portal del Reino que conecta con la región de Ochopartes, Katakros podría iniciar la conquista de las tierras reclamadas por Archaón el Elegido. Sabedor de que al otro lado de la puerta encontraría muchas más fortificaciones, envió mensajeros a Dolorum, la corte de Lady Olynder, requiriendo su ayuda para encabezar juntos el asalto a Ochopartes.

La Batalla de la Cadena[]

Gracias a las alteraciones producidas por la rotura de algunas de las cadenas que retenían a Slaanesh, Archaon y sus seguidores descubrieron que el dios del placer se encontraba preso en el submundo de Uhl-Ghysh. El Mariscal del Apocalipsis acudió junto a su ejército y varios de sus Gaunt Summoners. En la conocida como Batalla de la Cadena los defensores Aelves de al menos una de las torres que custodiaban las cadenas de Slaanesh fueron masacrados. Una vez en lo alto de dicha torre Archaon conferenció brevemente con el dios de los excesos, al cual le habló de manera altiva asegurando que le ayudaba por su propio interés. La torre guardaba la Cadena de la Ira Contenida, la cual sólo podía romperla un seguidor de Khorne. Slaanesh se resignaba sabedor de que ya había engañado anteriormente a los seguidores del dios de la sangre para que le ayudaran indirectamente y que difícilmente podría volver a utilizar un subterfugio similar. Sin embargo Archaon se limitó a ordenar a Dorghar, su montura, para que rompiera la cadena con su cabeza demoníaca de Khorne. Justo cuando Archaon se diponía a marchar a las torres restantes con la intención de romper sus cadenas, tuvo una visión en la que vió que Ochopartes era conquistada. Archaon era consciente de que solo tendría una oportunidad para liberar a Slaanesh, puesto que en cuanto descubrieran lo cerca que había estado de ser iberado sus captores no tardarían en ocultarlo de nuevo. Sin embargo la pérdida de Ochopartes representaba una pérdida mucho mayor. Presa de una ira incontenible el Mariscal del Apocalipsis se vió obligado a retirar sus fuerzas.

Ofensiva de Katakros en Ochopartes[]

Lady Olynder 3

Lady Olynder encabezó el ataque a la fortaleza de Karheight

La primera fase de la ofensiva de Katakros en Ochopartes fue encabezada por Lady Olynder. La Mortarca del Duelo dirigió personalmente a sus fuerzas en el ataque contra la fortaleza de Karheight, la cual vigilaba el extremo del Portal Final situado en Ochopartes. En esta cruenta batalla los Nighthaunt traspasaron con facilidad un conjunto de defensas que no estaba preparado para repeler a enemigos etéreos y voladores. Posteriormente la Mortarca encabezó una ofensiva que fue detenida en el Bosque de Ojos. En esta horripilante batalla las fuerzas de Lady Olynder y Kurdoss Valentian fueron derrotadas y expulsadas del bosque por un triunvirato de señores de la guerra. En la retirada hacia las llanuras colindantes fueron asaltadas por la retaguardia y finalmente aniquiladas por el ejército del Amo Sinlengua.

Cuando Katakros cruzó el Portal Final al mando de sus disciplinadas legiones, fue consciente de que se enfrentaba a un increíble desafío estratégico puesto que los ejércitos del Caos que poblaban Ochopartes superaban varias veces en número a su poderosa hueste de Ossiarch. Gracias al candente asalto de Lady Olynder pudo elegir el terreno en el que recibiría a las fuerzas del triunvirato, eligiendo la altamente estratégica posición conocida como el Tormento de Haradh. En lo alto del estrecho Paso del Empalador, junto a un barranco que caía hacia el Río Negro, Katakros aplastó a sus oponentes. Aunque podría haber perseguido a los enemigos en desbandada, ordenó la retirada hacia el Portal Final con un enorme botín de huesos y materia espiritual. Esta materia prima, junto las cosechada en los asaltos de Lady Olynder, fue utilizada para la construcción de una enorme fortaleza en las ruinas de Karheight, un poderoso bastión que pasaría a ser conocido como el Arx Terminus. En las entrañas de la fortaleza se construyeron talleres y camaras de extracción de almas Mortisan junto con acantonamientos sepulcrales y forjas de armas lo suficientemente grandes como para crear miles de soldados Ossiarch cada día en caso de recibir suficiente hueso para ello. Desde el centro se alzaba la torre conocida como Trono del Mortarca desde la cual Katakros podía vigilar todo detalle del Arx Terminus y dirigir con precisión toda defensa que pudiese ser necesaria.

El primer asalto a la nueva fortaleza de Katakros llegó antes de que sus defensas estuvieran completas. En la Batalla del Arx Terminus las fuerzas del legendario señor de Khorne Ghorun Thrax fueron bloqueadas y destruidas en una enorme carnicería en la que los asediadores proporcionaron al Mortarca la materia prima necesaria para completarl la construcción del Arx Terminus. A esta nueva victoria le siguieron muchas más en una brutal campaña de conquista que iniciaron Katakros y su aliada, Lady Olynder. El aura de muerte y horror que giraba en torno al Arx Terminus proveía de una materia prima de calidad a la Dama del Velo, la cual pudo invicar nuevas huestes espectrales con las que retomar la guerra contra los vivos con mayor intensidad que antes. En lugares como la Puerta de los Corazones Desollados o el Puente de los Gritos Fundidos los dos Mortarcas consiguieron importantes victorias, enviando posteriormente cargamentos de huesos hacia el Arx Terminus con los que mantuvieron un caudal constante de refuerzos. De esta manera consiguieron superar los fortificados fuertes de las fronteras de las Llanuras Cadáver y se internaron en las infernales zonas industrial de Angazkul-Grend.

Guerra Ochopartes Ossiarch Caos

Ningún general de entre las fuerzas del Caos pudo igualar el ingenio del Mortarca Katakros

El asalto a Angazkul-Grend fue brutalmente eficiente, permitiéndo a Katakros vislumbrar el perfil de las murallas de la Torre Varan. Fue entonces cuando noto cómo el suel temblaba bajo sus pies anunciando la llegada de Archaon, Gran Mariscal del Apocalipsis. Le acompañaba su Varanguard y una inmense hueste mortal y daemónica conformada por servidores de los cuatro poderes ruinosos. Archaon sentía una furia volcánica puesto que se había visto obligado a abandonar su búsqueda para liberar Slaanesh, y era consciente de que a esas alturas los dioses Aelf habrían reinstaurado las protecciones que ocultaban a su prisionero y lo habrían llevado a otro rincón escondido de Uhl-Ghysh.

Guerra Ochopartes Archaon

La ira de Archaon y su odio imparable le llevaron a masacrar a gran cantidad de enemigos durante la batalla

Katakros desplegó a sus fuerzas a lo largo de la orilla del Río Partealmas, dejando las ruinas de Angazkul-Grend tras de sí y dando inicio a una brutal cofrontación entre ambas fuerzas. Durante esta batalla las fuerzas espectrales de Lady Olynder fueron derrotadas por la Legión del Primer Príncipe y su macabra esencia fue expulsada de Ochopartes tras caer ante la espada de Be'lakor. Finalmente Katakros y Archaon se enfrentaron en un combate singular en el que el Mortarca finalmente cayó ante la hoja de la Matarreyes.

Mediante la transferencia oseomántica, la esencia de Katakros volvió al Arx Terminus, donde le esperaban decenas de cuerpos para ser habitados. El Mortarca había previsto su derrota, como preveía muchas más antes de descubrir el punto débil de Archaon. Ordenó la construcción de una red de defensas secundarias para el caso en que el Arx Terminus fuera conquistado, solicitó nuevos refuerzos a Nagashizzar y se dispuso a continuar con su campaña de conquista de Ochopartes.

Podcast[]

Sigmaroteca-LVDS v2

Fuentes[]

  • Reglamento Age of Sigmar primera edición
  • Reglamento Age of Sigmar segunda edición
  • Battletome Stormcast Eternals 2018
  • Battletome Sylvaneth 2019
  • Battletome Fyreslayers 2019
  • Battletome Kharadron Overlords
  • Battletome Idoneth Deepkin
  • Battletome Daughters of Khaine
  • Battletome Seraphon
  • Battletome Blades of Khorne 2019
  • Battletome Magottkin of Nurgle
  • Battletome Disciples of Tzeentch
  • Battletome Skaven
  • Battletome Hedonites of Slaanesh
  • Battletome Ironjaws
  • Battletome Beastclaw Raiders
  • Battletome Bonespltterz
  • Battletome Gloomspite Gitz
  • Battletome Legiones de Nagash
  • Battletome Nighthaunt
  • Battletome Flesh Eater Courts 2019
  • The Realmgate Wars I: The Quest of Ghal Maraz.
  • The Realmgate Wars II: The Balance of Power
  • The Realmgate Wars III: Godbeasts
  • The Realmgate Wars IV: All-Gates
  • Malign Portents
  • Guerras del Alma: Forbidden Power
  • Soul Wars (Novela), por Josh Reynolds
  • Relatos de Forbidden Power de la web de Warhammer Community
  • Guerras del Alma: La Ira del Elegido
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