Los cautivos encadenados que esperan condena suelen suplicar y pedir ayuda divina. Sin embargo, Nagash es un dios sin la menor pizca de piedad. Para el Gran Nigromante no importa si esos prisioneros atados con hierro son culpables o inocentes, o si sus muertes fueron celerosas o se prolongaron cruelmente. A él solo le importa que sus vidas terminen, porque al morir todas las almas mortales son suyas. Sin embargo, aquellos que pidieron una intervención piadosa pero no incluyeron a Nagash en sus súplicas son clasificados, y se hacen planes sombríos para el destino final de esas almas desafortunadas.
Tras su muerte, la esencia espiritual de aquellos que mueren en cautiverio pero que no suplican al Señor de los No-Muertos se convierte en Fantasmas Encadenados (Chainghast en inglés). Infinitamente rencoroso, el Gran Nigromante considera apropiado mantener a esas almas encarceladas eternamente, dentro de un arnés blindado atado con candados de hierro encantados.
Para aumentar su carga aún más, Nagash ha ordenado que cada espíritu debe estar unido a pesos mediante pesadas cadenas forjadas de hierro negro. Este metal maldito está mezclado con emociones espantosas, las peores punzadas de miedo y desesperanza que experimentan los cruelmente esclavizados. Estos "Mayales Aterradores" son las armas con las que los Fantasmas Encadenados cosechan nuevas almas, balanceándolas en grandes arcos para crear un camino sangriento a través de las filas enemigas. Cuando giran con suficiente fuerza, los ghastflails acumulan una carga mortal de la más pura miseria que, usado como una honda enorme, puede lanzar esta energía reprimida en rayos corrosivos de fuerza espiritual que atraviesan cualquier armadura para quemar el alma de un objetivo.
Los Fantasmas Encadenados existen solo para servir al Tormento Espiritual que consideren su maestro. Es su deber matar a quien él manda, ya sea en una batalla cuerpo a cuerpo o a distancia. Así, los espíritus encadenados son enviados a causar estragos, golpeando cuerpos mortales para crear una rica cosecha de almas que serán encarceladas en las cárceles arcanas de los Tormentos Espirituales.
Detrás de máscaras de hierro selladas, sus mentes conservan vagos recuerdos de su pasado mortal. Como un sueño medio olvidado al despertar, cada espíritu mantiene un anhelo inexplicable de ser libre, un impulso de escapar de la esclavitud, pero es un deseo sobre el que nunca pueden actuar. Están obligados a obedecer automáticamente todas y cada una de las órdenes de su Tormento Espiritual. Atrapados en un bucle mental interminable, incluso sus pensamientos más íntimos no son más que otra prisión.
Armamento[]
Todo Fantasma Espectral está armado con Mayales Aterradores.
Fuentes[]
- Death Battletome: Nighthaunt (2.ª Edición)
- Pág. 27
- Pág. 78