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Los Domadores de Ghur, La Legión Tallada, los Teratomortoi[]

Hueste marfil

Aunque parecen pulidos y resplandecientes por fuera, engalanados con metales finos y tallados con runas hermosamente grabadas, La Hueste de Marfil alberga una rabia acumulada que puede explotar en violencia frenética. Estos son los guerreros con los que Nagash se ha propuesto conquistar Ghur sin importar el coste...

Descripción[]

Al salir en una apretada fila india de sus galeones de hueso, alzando los estandartes con orgullos, la Hueste de Marfil parece el epítome de la virtud en la muerte. Se enorgullecen de sus habilidades como artesanos y guerreros, creando necrópolis y naves de guerra que poseen una extraña y mórbida belleza. Limpian meticulosamente sus armas y armadura y, sobre todo, lustran y pulen sus formas esqueléticas hasta obtener el máximo brillo. Algunos de los que componen sus cohortes se pasan días enteros inscribiendo en sus huesos diseños teselados o escrituras rúnicas del Principia Necrotopia. Vistos así, la Hueste de Marfil podría confundirse con parangones de la civilización. Pero el monstruo en su interior sólo está quiescente, y tan cierto como que la oscuridad de Ulgu reemplaza a la luz de Hysh cada anochecer, despertará de nuevo a una espantosa vigilia.

El papel de la Hueste de Marfil es tan simple como imposiblemente ambicioso: conquistar Ghur. Tal fue la orden dada a la Monarca de los Colmillos, conocida en su anterior vida como Ghuri-Xza, la Reina Matadracos. Desde entonces, la Monarca ha empleado cada brizna de su naturaleza obsesiva, y su extensa flota naval, hacia esta hazaña. Sus Teratomortoi no son simples invasores: son usurpadores, pues crean a sus legionarios a partir de los monstruosos enemigos que derrotan. Sus formas esqueléticas se componen de los colmillos y huesos de behemoths, procesados y remodelados por los Mortisans que componen los generales de campo de Ghuri-Xza. Cuando se asesina a una gran bestia y las tierras colindantes son pacificadas a punta de espada de nadirita, la Hueste de Marfil construye una gran necrópolis en el lugar de la victoria, adornándola con las pieles y cueros de las criaturas asesinadas como recordatorio de que el orden y la habilidad militar superará la fuerza hasta del behemot más fiero.

Pero la furia primigenia de Ghur no puede desestimarse tan fácilmente. La práctica de usar hueso de bestias, exacerbada por la tradición de cubrir sus filacterias con piedrambar, implica que la energía feral del Reino de las Bestias vibra en el tuétano de cada uno de los Legionarios Tallados. De romperse los huesos pulidos de los legionarios, la energía bestial en su interior saldrá de golpe, y entrarán en un feroz estado de frenesí que se extenderá por el ejército como un virus. Cuando la rabia monstruosa del Reino de las Bestias los domine, cometerán matanzas aterradoras, olvidando cualquier precisión o decoro militar mientras sajan, muerden y aúllan como lunáticos rabiosos. Esta transformación es horripilante para quienes la presencian. La Hueste de Marfil excusa estos excesos mencionando su serie de victorias sobre las bestias depredadoras de Ghur, y que sin la ferocidad interior en la que se apoyan, sería en su lugar una letanía de derrotas. Pero en sus almas, cada uno de estos berserkers malditos sabe que es la bestia en su interior quien los ha conquistado al final.

"Para matar a un monstruo, uno debe volverse igual de monstruoso. Es la ley" - Ghuri-Xza.

Fuente:[]

  • Death Battletome: Ossiarch Bonereapers
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