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Yehtee

De entre los aullidos de las tormentas de hielo surgen temibles formas simiescas. La escarcha brilla sobre el pelaje pálido, los ojos azules brillan intensamente en la niebla fría, acechan a través de la tundra en absoluto silencio, implacables como una ventisca que se aproxima. Son los Icefall Yehtees y son verdaderos hijos del Invierno Eterno.

Los orígenes de los Yehtees siguen siendo un misterio. Quizás alguna vez fueron ogors, abandonados o exiliados y rehechos por el frío del alma del Invierno Eterno. Algunos eruditos azyritas creen que los Yehtees nacen de los vendavales invernales, donde la magia primordial de cada reino se encuentra con las tormentas más feroces, los glaciares se parten y los Yehtees brotan de las profundidades heladas. Los Chamanes Weirdnob del Clan Guerrero Kazkahieloz sostienen firmemente que los Yehtees son los descendientes divinos de Gorkamorka. Los propios Yehtees no hablan de su historia. Su lengua es sobrenatural y extraña, y solo el Huskard Torr puede conversar con ellos.

A pesar de su silencio, los Icefall Yehtees son enemigos mortales. Tras el escalofriante frío que exudan los Colmillos de Trueno de una Mascatribu, las criaturas corren a trompicones por la nieve a la velocidad de una ventisca aullante. Los ogors reconocen cierto parentesco con las criaturas y las dejan en paz, aunque algunos se quejan de su tendencia a congelar los alimentos. Cuando los Yehtees atacan es como una avalancha. Son capaces de cruzar distancias sustanciales con fuertes saltos, y muchos han encontrado Yehtees que en un momento fueron un espejismo cubierto de nieve y al siguiente descendieron repentinamente sobre ellos.

Las armas de los Yehtees están cubiertas con una gruesa pátina de escarcha mágica, y la temperatura del aire a su alrededor desciende de tal manera que congela la sangre. Incluso en las áridas tierras de Aqshy, los guerreros ven humear su aliento en presencia de los Yehtees enlenteciéndose sus golpes mientras son sacudidos por escalofríos. Este breve retraso les da a los Yehtees tiempo suficiente para pulverizar a su desafortunada víctima con centelleantes garrotes cubiertos de escarcha.

Fuentes[]

  • Tomo de Batalla: Ogor Mawrtribes (2019)
    • Pág. 40
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