"Una nueva era empieza. Llega la guerra. Incluso para tí" -- Kletch Scabclaw, Sacerdote de Plaga de Nurgle.
"El Pulgar Negro y el Clan Rikkit fueron amigos-aliados en la Era del Caos. Está escrito. Se recuerda. Deberíamos-necesitamos luchar diente con garra de nuevo". -- Kletch Scabclaw, Sacerdote de Plaga de Nurgle.
"Los Señores del Clan no nos recompensarán si volvemos con las zarpas vacías. Los hombres rayo les han dado muy duro en un montón-muchos sitios. Los caudillos empiezan a desesperarse. Ellos... hacen malas decisiones cuando se desesperan". -- Kletch Scabclaw, Sacerdote de Plaga de Nurgle.
Kletch Scabclaw es un notable Sacerdote de Plaga de Nurgle, perteneciente a los Clanes Rikkit, que habitan en el Reino de Ghur.
Descripción[]
Sacerdote de Plaga de Nurgle
Suele estudiar a sus oponentes con ojos que podrían haber observado debilidades en un diamante. Sus ojos, de un lechoso amarillento, miran sobre el sarnoso harapo de piel humana que mantiene presionado sobre su hocico con garras llenas de pústulas, de donde proviene su nombre.
A pesar de su apariencia es liviano sobre sus patas.
Suele sisear una advertencia mientras con su pata derecha busca su arma escondida bajo los nauseabundos harapos que porta. Cuando se pone nervioso suele mordisquearse el chichón de su cola.
Kletch es sumamente precavido, y aunque su clan mantiene las viejas inmunidades, cuando está cerca de otros clanes, como los Pestilens, suele tomarse un brebaje para mantener su resistencia.
Armamento[]
La capa de embajador que porta, llena de pulgas, ha pasado de sacerdote a sacerdote durante doscientos años, descendientes resistentes de aquellos que habían sobrevivido al completo arsenal de hechicería pestilente de los Clanes Rikkit.
Lleva una vara rematada con una pieza de piedra bruja.
Suele llevar brebajes de inmunidad, compuestos de un líquido rojo verdoso que sabe asqueroso hasta para un Skaven, con el fin de no sucumbir a la plaga cuando se relaciona con otros clanes Skaven.
Fuentes[]
- The Realmgate Wars: Call of Archaon #1. Beneath the Black Thumb, por David Guymer.