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Todos los miembros de las Fuerzas de la Destrucción sin excepción adoran de una u otra forma y de manera única a la deidad bicéfala Gorkamorka . Entre los Orruks, Ogors y Grots es habitual venerar a Gorkamorka sin más, aunque algunos adoran más al brutal pero astuto Gork o al astuto pero brutal Mork. Sin embargo, las distintas facciones difieren enormemente al ahora de interpretar el aspecto de Gorkamorka y cómo debe ser venerado:

  • Para los Beastclaw Raiders Gorkamorka es un dios del invierno y de las bestias al que veneran ofrendándole los huesos de las bestias que han cazado en monolitos de hielo grabados con runas Ogor y la faz de su deidad.
  • Los Warchanters de los Ironjawz escuchan constantemente un desenfrenado ritmo en sus mentes que aseguran que se trata de los latidos gemelos de los corazones de Gork y Mork. Los Warchanters replican este ritmo con cualquier cosa que caiga en sus manos, inflamando la furia guerrera de sus camaradas y llenando de miedo el corazón de sus enemigos.
  • Los Bonesplitterz consideran que Gorkamorka es un gran cazador, maestro de todas las bestias independientemente de que corran, vuelen o naden. Para ellos, todas las bestias contienen un hálito de la furia bestial de Gorkamorka y dedican todos sus esfuerzos en cazar criaturas del mayor tamaño posible para obtener estos fragmentos espirituales y poder así acercarse a su deidad. 
  • Los Gloomspite Gitz adoran a la Luna Malvada, un inmenso y malevolente cuerpo celestial que puede aparecer de manera completamente inesperada en cualquier región de los Reinos Mortales enloqueciendo a los mortales y llevando a las tribus Gloomspite a un feroz frenesí. Las distintas tribus difieren a la hora de explicar el origen de este astro, pero coinciden en que se trata de uno de los aspectos de Gorkamorka.
  • Los Grots de las tribus Spiderfang adoran por su parte a la Gran Araña, otro aspecto de Gorkamorka.
  • Los Ogors Firebellies son sacerdotes que basan sus creencias en la leyenda que narra como Gorkamorka devoró el sol y lo vomitó después al sentir cómo le quemaba por dentro, iniciándose así el ciclo del día y de la noche. Los Firebellies reverencian este milagro consumiendo sustancias cada vez más picantes y calientes hasta, finalmente, consumir lava de volcan. 

La senda de la Destrucción[]

Muchos de los que siguen a los dioses del orden, la muerte o el caos buscan, de una forma u otra, conquistar los reinos e imponerles su propia visión. No así los adoradores de Gorkamorka. Dentro de ellos vive el impulso instintivo para mantener la naturaleza natural y primitiva de las cosas derribando todas las grandes obras que sus enemigos plantean.

Las fuerzas de la destrucción comprenden predominantemente las diversas subespecies de pieles verdes y ogor. Cada uno de estos tiene sus propias culturas y peculiaridades, desde los salvajes Bonesplitterz y los Beastclaw Raiders cubiertos de escarcha, hasta los Ironjawz fuertemente blindados y espectacularmente brutales. Sin embargo, independientemente de cuánto difieran, todas las tribus de Gorkamorka tienen una cosa en común: en un nivel fundamental, se ven obligadas a buscar y destruir los bastiones de la civilización.

Aldeas aisladas, fortalezas en expansión y templos que perforan las nubes; Las fuerzas de la Destrucción se ven obligadas a asaltarlos a todos y matar a sus ocupantes hasta que el paisaje del reino vuelva a su estado natural y primitivo. El hecho de que la mayoría de los tipos de piel verde y ogor obtengan un gran placer al causar tales estragos sin sentido es, para ellos, simplemente un subproducto afortunado de su actitud beligerante ante la vida.

Por supuesto, cada tribu o clan tiene su propia perspectiva sobre cómo debería ser el orden natural de las cosas:

  • Los nómadas Ironjawz, por ejemplo, provienen originalmente de las amplias sabanas y las llanuras pedregosas del Reino de las Bestias, donde todo es depredador de alguna manera y el paisaje es salvaje y accidentado. Por lo tanto, Ironjawz ve cualquier estructura artificial o construcción intencional como algo que se debe derribar y dispersar hasta que no haya dos piedras una encima de la otra.
  • Los Beastclaw Raiders, mientras tanto, siguen las frías y desoladas nieves del Siempreinvierno donde quiera que vayan. Por su propia presencia, reducen incluso el más verde de los reinos civilizados a páramos helados donde la supervivencia depende de la resistencia y el instinto de un cazador salvaje. Aunque es posible que no intenten derribar edificios como lo haría Ironjawz, en cambio los reducirán a ruinas congeladas aptas solo para servir como guaridas para monstruos depredadores resistentes.
  • Para los seres dispares que componen las hordas Gloomspite, la normalidad es oscuridad, humedad y sombra. Provienen de profundidades subterráneas donde el agua gotea de las estalactitas colgantes en piscinas todavía negras, donde brotan hongos luminiscentes de la piedra sudorosa, y los insectos se escabullen en medio de montones tristes de huesos roídos. Donde los pantanos podridos se pudren debajo de los densos toldos del bosque y las cosas de muchas patas acechan en matorrales cubiertos de telarañas, donde el limo estancado se acumula en las oscuros rincones y las ruinas colapsadas se hunden debajo de las masas de espino y raíces.

Fuentes[]

  • Battletome Ironjaws
  • Battletome Beastclaw Raiders
  • Battletome Bonespltterz
  • Battletome Gloomspite Gitz
  • Reglamento Age of Sigmar segunda edición
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