Los Penumbral Engines son unos dispositivos mágicos que fueron diseñados por Grungni a partir de los Ingenios de Iluminación durante la Era de los Mitos. Originariamente los Penumbral Engines tenían la capacidad de agotar la mente y alterar la percepción de todos los que se acercaran, cubriendo sus alrededores con un torpor asfixiante y desorientador. Sin embargo tras el Necroseísmo dejaron de funcionar correctamente, por lo que desde entonces funcionan de manera impredecible.
Durante la Era de los Mitos, Teclis regaló a Sigmar unas máquinas de su propia creación, los Ingenios de Iluminación, los cuales tenían la capacidad de otorgar conocimiento a aquellos que las utilizaran. Sin embargo Sigmar vió otro posible uso para estos dispositivos. Tras siglos de teorizar y experimentar los mayores expertos del dios-rey descubrieron que los Ingenios de Iluminación podían extender la ofuscación en lugar de la luz, entorpeciendo la mente y el poder de quienes estaban cerca en lugar de ampliarlos. Sigmar entregó uno de estos planetarios a Grungni y le encargó convertirlo en un dispositivo capaz de ocultar para siempre los secretos prohibidos. No se informó de esto a Teclis para no incurrir en su ira, aunque resultaba imposible ocultar este secreto eternamente al dios de la sabiduría, quien se dice que todo lo ve. De hecho Grungni aceptó gustoso el encargo sabedor de que su viejo rival descubriría tarde o temprano la transformación realizada en su creación.
Transcurrió un siglo de trabajo incesante, y el dios Duardin por fin invirtió el funcionamiento de los Ingenios de Iluminación, grabando a golpe de martillo runas de enlace cronomántico en su superficie y alterando los complejos mecanismos que le daban movimiento. Sus poderes se invirtieron, y Grungni bautizó a esta nueva creación como Penumbral Engine debido a la mortaja impenetrable de oscuridad que emitía. Los agentes de mayor confianza de Sigmar instalaron en secreto estos dispositivos en todas las Criptormentas para así ocultar los secretos que en ellas se custodiaban. Pero la activación de estos ingenios supuso un último sacrificio terrible. Los planetarios no funcionaban sin extraer energía de un alma poderosa al contrario que los Ingenios de Iluminación, los cuales eran relativamente autosuficientes. Así fue como los principales expertos arcanos del dios-rey vincularon un poderoso espíritu guardián a todas las Criptormentas, atrapados eternamente en círculos de runas grabados por Grungni. Algunos de estos seres etéreos eran fieles seguidores de Sigmar, adoradores y camaradas que sacrificaron en su nombre sus vidas y almas eternas. Otros eran viejos enemigos encerrados en contra de su voluntad: iracundos monstruos elementales o hambrientas bestias del vacío. Estos seres habían tratado de atacar al dios-rey y si lograran liberarse volverían a intentarlo.
Estas máquinas cumplieron su cometido a la perfección, manteniendo ocultas las Criptormentas durante centenares de años de manera tan eficiente que incluso el propio Sigmar olvidó el emplazamiento de muchas de ellas.
El Necroseísmo provocó que los Penumbral Engines dejaran de funcionar correctamente, revelándose paulatinamente el emplazamiento de las distintas Criptormentas, muchas de las cuales habían permanecido ocultas a simple vista gracias al poderoso efecto de los artefactos que las ocultaban. Se inició así una feroz carrera en que aventureros y saqueadores de todas la razas y facciones pugnaron por encontrar los tesoros que contenían las Criptormentas mientras los agentes de Sigmar intentaban por todos los medios recuperarlos y ponerlos a buen recaudo.
Fuentes[]
- Guerras del Alma: Forbidden Power