Nota de Traducción: Con el fin de facilitar y agilizar la lectura, se ha sustituido el nombre utilizado en el juego para esta unidad por su traducción utilizada en las novelas de Age of Sigmar o en el antiguo Warhammer Fantasy.
Existen pocas cosas que los Ogors no cacen y coman con entusiasmo, pero incluso ellos se detendrán cuando se enfrenten a un Cuerno Pétreo. Consumir una de las bestias colosales equivale a digerir una montaña del granito más duro. Normalmente, esto simplemente se consideraría un desafío intrigante para un Ogor hambriento. Sin embargo, los Cuerno Pétreos no son una presa simple, y ponerse del lado malo de uno implica ser rápidamente aplastado bajo el peso titánico de la bestia.
El esqueleto de un Cuerno Pétreo está hecho de piedras preciosas y roca sólida, subproductos de su curiosa dieta de metales, minerales y piedras pesadas. Estos preciosos recursos que brillan en sus colmillos y cuernos atraerían a los cazadores de tesoros y cazadores furtivos en millas a la redonda si no fuera por la temible reputación de las bestias. Notablemente más grande que incluso el más robusto de los Ogors, cada paso que da un Cuerno Pétreo hace temblar la tierra, y eso sin mencionar los efectos de su carga. Habiendo acumulado suficiente velocidad, un Cuerno Pétreo puede atravesar las puertas de una fortaleza sin ralentizar su paso. Es mejor no considerar lo que les sucede a los seres inferiores atrapados en su senda guerrera.
Sin embargo, al igual que los propios Beastclaw Raiders, los Cuerno Pétreos están poseídos por su propia maldición que los obliga a seguir adelante. Aunque son casi invulnerables a todos los ataques excepto los más coordinados, siempre deben seguir moviéndose porque los Cuerno Pétreos sedentarios comienzan a bloquearse, sus articulaciones fusionándose en inflexibles rocas. Aquellos que se detienen demasiado tiempo se convierten en estatuas vivientes, atrapadas en la prisión de sus esqueletos de piedra.
Fuentes[]
- Tomo de Batalla: Ogor Mawrtribes (2019)